El objetivo de la marca germana con este modelo fue conseguir un vehículo altamente competitivo en el mercado de obras. El vehículo es un 6×4 carrozado con un equipo hormigonera Liebherr, uno de los principales responsables de la alta rentabilidad del vehículo. Gracias al reducido peso del equipo hormigonera y a que se monte la cabina más compacta que nos ofrece MAN, su versión TGM, el conjunto se queda en 11.500 kg de tara, poniendo así la colaboración entre Liebherr y MAN en una situación muy ventajosa con respecto a su competencia.
La carga útil que nos aporta esta colaboración es de 14.500 kg, uno de los mejores índices que podemos encontrar en un vehículo de estas características. La mecánica que nos ofrece también es reducida, pero con gran eficacia. Sin superar los siete litros de cilindrada, eroga una potencia más que respetable de 280 CV, que estarán completamente disponibles a 2.300 rpm, un nivel de revoluciones suficientemente bajo como para asegurarnos de que disponemos de la máxima potencia con unos consumos adecuados. El par motor también ofrece unos parámetros muy aceptables: 1.100 Nm a partir de las 1.200 rpm que se mantienen hasta las 1.750 rpm.
Estas características, en combinación con el cambio automatizado Tipmatic de 12 velocidades y origen ZF, hacen de esta versión un vehículo dócil y sencillo de conducir. El cambio automático no será lo más común entre los vehículos que se puedan encontrar en las campas de segunda mano, ya que por lo general para este tipo de trabajo se prefiere el cambio manual.
Sin embargo, después de nuestra prueba estamos en condiciones de asegurar que la evolución de los cambios automáticos les permite competir de tú a tú con el manual, incluso en las situaciones más complicadas que se puedan dar fuera del asfalto. La tracción 6×4 es ideal para el transporte de hormigón, ya que incrementa la capacidad de carga y nos permite llegar hasta las 26 toneladas, a la vez que nos aseguramos el disponer de una tracción adecuada para salir airosos de esas situaciones complicadas que se dan a diario en el mundo de la construcción.
Comodidad en el trabajo
Este modelo del MAN TGM nos pareció muy cómodo a la hora de interactuar con él. Sólo tenemos que ver detalles como la altura de los peldaños, el primero a 56 cm del suelo y totalmente flexible, con el fin de evitar que se quede en los muchos desniveles y rampas que tendrá que superar durante su servicio en la obra. Otro aspecto que medimos y nos dio un resultado favorable es la sonoridad interior en cabina. Al ralentí se queda en los 50 dB, y si ponemos la ventilación al máximo, no supera los 66,5 dB.
La amplitud de la cabina no es de las más generosas, 1,48 m de profundidad y 2,05 de anchura, pero como hemos dicho al principio, el objetivo de este vehículo es conseguir la máxima rentabilidad sobre la carga. De todas formas, el MAN TGM consigue ofrecer un habitáculo razonable cuyo principal cometido es el trabajo diurno con comodidad y sin apreturas, con una buena calidad de vida interior. En este aspecto tenemos que destacar la suavidad de rodadura incluso fuera de asfalto. Esto es debido a que ofrece un conjunto de suspensión basado en ballestas parabólicas, tanto para el eje delantero como para el trasero, muy bien adaptado para el trabajo para el que está concebido el vehículo.
Los materiales empleados en el salpicadero y en todo el interior de la cabina se merecen un buen aprobado, pero al mismo tiempo resulta sobrio de detalles, aunque tenemos que tener en cuenta que estamos ante la cabina más sencilla que ofrece MAN, por lo que si queremos algo mejor equipado, tendremos que buscar más, pero seguro que podremos encontrarlo, incluso en la propia marca alemana, ya que podemos hallar el mismo camión equipado con la cabina TGA.
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