Si un reportaje así es golosina para quien lo escribe y lo lee, ¿qué será para aquel que hace de cada día el renglón de un delicioso relato vital?
Jesús lleva unos 8 meses sin prácticamente bajarse de su Freightliner, desde el que ya ha conocido alrededor de 40 estados de la Unión. Resumir su vida profesional en menos de 1.000 palabras es algo que, lo confieso de antemano, ni oso plantearme, así que con este artículo solo pretendo emular al Bogart de Casablanca recitando su mítica frase: “Presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad”.
Eso sí, para estímulos más prolongados de este verso suelto de la profesión, aconsejamos clicar “Un camino sin destino” en Tik Tok, Instagram o YouTube; que es donde se atesoran sus cartas de viaje. Para que os hagáis una idea de su travesía por los USA os dejamos con su vídeo presentación en YouTube y os animamos a que os suscribáis a su canal para seguir todas las aventuras que va publicando.
El reflejo pasado en el que nuestro trucker más se reconoce es en el de un niño escurriéndose entre los asientos del coche familiar, calentando la oreja a su padre con preguntas sobre el coche, la carretera o las señales de tráfico.
“La imagen recurrente que tengo de mi infancia es jugar con un camión en la mano. Con 4 años me quedaba embobado viendo el sleeper de un Kenworth en miniatura e imaginándome dormir allí, cada día en un lugar distinto.
El ser hijo único –reflexiona Jesús– forjó en mí ese carácter que ahora me permite pasar horas y horas recorriendo la ruta USA, aunque uno siempre se acaba preguntando: ¿soy camionero por ser así, o me hice así por ser camionero? El caso es que llevo ya más de 100.000 km en poco más de medio año y transpiro una sensación constante de libertad”.
Del servicio militar vino Jesús con los permisos C y D. Tras la experiencia de un año como conductor de autocar, condujo un rígido hormigonera en esos principios del siglo xxi en los que la construcción iba que volaba… y voló.
En Pañalón ejerció un puesto relevante coordinando portacamiones para el embarque de modelos Iveco, pero conducir tráiler siempre fue lo que más le atrajo. “He recorrido mucho mundo con diversas empresas de transporte al otro lado del Atlántico y me afinqué 3 años en Inglaterra.
Allí, conduciendo en cierta ocasión el típico autobús de dos plantas que recorre el centro de Londres, y parado ante un semáforo, vi lo que se reflejaba en el retrovisor y vino a mí un pensamiento con fuerza inusitada. Fue una especie de epifanía: ¿qué haces con esto si tu ideal fue siempre llevar un truck en EE.UU.? Lúchalo».
Fue pensarlo y hacerlo. Jesús se puso en manos de una agencia que le tramitó la documentación para trabajar de chófer en la empresa estadounidense May Trucking, con la que se comprometió por dos años y que le facilitó el llegar con la Green Card en el bolsillo para tener residencia permanente.
Jesús hace viajes de costa a costa por 48 estados USA y su vivienda no es, ni quiere ser, otra que el camión. El Freight que puso en sus manos May Trucking es impecable como camión e interminable como vivienda.
“En EE.UU. puedes trabajar todos los días si respetas el límite de 70 horas en 8 semanas. Yo hago 9 horas diarias y para las restantes tengo guitarra, tele, redes y pueblos. Mi mentalidad –remata nuestro heavy internacional– es la del emigrante cuya prioridad es la de asentarse en el nuevo país, llenar la hucha y hacerse una composición de vida y lugar.
Mi sueño no era solo venir aquí, porque eso lo hace cualquiera, sino venir y hacer las cosas bien. Mi compromiso es el de llegar a ser un trucker con tantos galones como cualquiera de los que hayan nacido en EE.UU.”.
A ventanilla abierta
■ Edad y lugar de nacimiento.
Nací en Madrid hace 39 años, pero solo me considero de la carretera. He vivido en tantos sitios que de todos he cogido cosas.
■ ¿Quisiste ser alguna vez algo que no fuera camionero?
Mi ideal fue siempre ganarme la vida conduciendo. No me habría importado ser piloto de carreras, pero para eso hace falta mucho más que tener ganas e ilusión.
■ ¿Qué película no te cansas de ver?
Les tengo un especial cariño a títulos en los que aparecen camiones, como “Yo, el Halcón”, “Black Dog” o “La rebelión de las máquinas”. Pero si tuviera que elegir una me quedaría con “El diablo sobre ruedas”. Ver a ese acechante Peterbilt 281 por el retrovisor debe de ser una de las experiencias mas aterradoras al volante.
■ En música, tu Lemmy, de Motörhead, es innegociable.
Lemmy es Dios. Fue alguien que se hizo a sí mismo a base de constancia. Luchó y alcanzó sus objetivos sin renunciar a sus principios ni a su estilo. La vida no le dio las mejores cartas, pero aun así ganó la partida.
■¿Te retirarías si te llovieran muchos kilos?
De trabajar, posiblemente. Del camión, nunca. Me compraría un Kenworth con sleeper gigante y viajaría sin rumbo fijo, siempre dispuesto a toda buena causa que se me propusiera.
■ ¿Cómo crees que será nuestro oficio en 300 años?
Uf, no creo que para entonces exista el camionero. Las mercancías se moverán con drones.
■ ¿Qué manía del Jesús niño sigues manteniendo?
Jugar con camiones y coches de juguete.
■ ¿Cuál es el porte más curioso que has llevado?
Barcos, maquinaria… aunque ninguno como aquel remolque repleto de consolas y videojuegos que tan tentado me tuvo a hacer un Dioni, je, je.
■ ¿La última vez que has llorado?
Cuando menos te lo esperas, viendo una película o leyendo algo, te pueden salir las lágrimas. Llorar es sano.
■ Siento no ser muy original: una lámpara mágica y tus tres deseos.
Para mí, salud. Para todo el mundo, una vida satisfactoria… y como tercer deseo, que resucitara Lemmy e irme con él a tomar unos Jack Daniel’s.
■ ¿Manías tontas?
Toco madera al ver un coche fúnebre, no pongo la mano en el tirador de la puerta de un baño público, no bebo agua del grifo… y no sigo para no parecer un rarito.
■ ¿Te has enganchado a algunos de los deportes de EE.UU.?
Qué va. Sigo solo pillado a MotoGP y últimamente también a la NASCAR.
■¿Qué defecto reconoces tener?
Debería poner más filtros al decir algunas cosas que pienso de algo o alguien.
■ ¿Te reconoces algo machista en ocasiones?
Honestamente, no. Es más, pienso que nos iría mejor si hubiera más mujeres al volante de los camiones.
■ ¿Qué aprecias más en una persona?
El sentido del humor.
■ Para terminar: un slogan que te motive
“Born to lose, Live to Win”, de Motörhead.