Pasaron 60 años y los herederos Ernest y Toni, mitad y mitad del vigente corazón Grabulosa, lo celebraron a lo grande con todas las personas que están detrás de esta acreditada empresa de transportes.
El bueno de Jaime, padre fundador ya fallecido, se retiró a los 65 de la carretera conduciendo un Pegaso, y se retiró como lo hacen los primeros de este oficio, pasándose por la nave después de jubilado para barrerla, callándose algunas cosas, sorprendiéndose de las nuevas unidades que van entrando en la empresa y sintiendo de cerca el calor de los trabajadores, empezando por sus hijos.
Un día de San Miguel de 2002, Jaime nos dejó, pero Carmen, la madre, ahí está en ese aniversario orgullosa de cómo sus hijos han tirado para adelante aquello que comenzó con un motocarro que hoy relumbraría en cualquier museo de historia del transporte.
Los jefes de hoy, Toni y Ernest Grabulosa, 52 y 50 años, respectivamente, ya ayudaban a su padre de bien pequeños en cuanto salían de la escuela. Lo tenían más que claro, así que en cuanto acabaron la mili, se auparon a sendos Ebro y Pegaso y de ahí ya fueron pasando de un camión a otro. “Uno manda y el otro paga”, nos dice en tono de broma uno de sus chóferes cuando va a buscar su carga a la lonja.
Se nota desde el primer momento que hay un ambiente espléndido entre toda la plantilla de chóferes, así que de ley es citar a todos por su nombre: Manuel Calvo, Josep Figueres, Jordi Jiménez, Jaume Liñán, José Cruañas, David Muñoz, Antonio Paredes, Manuel Pérez, José Prados, Manuel Romero, José Pérez, Francisco Torres y Florencio Yagüe.
En la oficina nos recibe asimismo Ramón Costa, al que llaman el escribiente, que ya lleva 12 años en la empresa trajinando con la contabilidad, facturación, nóminas y lo que viene a conocerse como el papeleo.
Los viajes son gestionados personalmente por el dúo Toni-Ernest, a los que como cualquiera puede imaginar, el manos libres no les deja de sonar en la cabina, ni el móvil en tierra. Sus cabezas contienen un enrevesado mapa en su interior, pero como nos dice Ernest, no se trata de memoria privilegiada, sino de pura rutina.
Tendrían los dos, o al menos uno de ellos, faena más que suficiente para gestionar desde la silla de un despacho todas las diligencias que cada día brotan, más o menos previsibles, en Grabulosa, pero no se ven fuera de la carretera y ya están más que acostumbrados a tutelar encargos a pie de asfalto.
Su cartera de clientes en sectores como el plástico, hierro, acero, algodón o cartón no sólo es amplia, sino en la mayor parte de los casos fiel, con cobertura para toda España, sobre todo Catalunya, y parte de Europa, ya sea con servicios de grupaje o de carga completa. Aunque cabe destacar que es el sector de las piscinas uno de sus fuertes.
La flota la componen 15 camiones, desde trailers hasta vehículos de 7 metros, superando en tres los 12 que hasta hace poco tenían. Buena noticia para los que necesitan ejemplos de que la crisis puede empezar a huir de algunas partes. Aunque predominan los Iveco, a Transports Grabulosa, S.L., no le faltan unidades DAF, Volvo, Renault, MAN y Mercedes.
Sus 18 cajas, un isotermo y el resto tauliners, se van intercambiando en unas cabinas en las que, eso sí, el chófer siempre es el mismo.
“Salvo raras excepciones –nos cuenta Ernest–, siempre compramos camión nuevo y a cada chófer le asignamos su camión, que es la mejor manera de que lo sienta como propio, pues suyo es en verdad mientras lo conduce.
La exportación a Francia representa carca del 20 % de nuestra facturación, y sí se nota que los precios han bajado en líneas generales, pero nosotros sólo llegamos hasta un cierto punto, valiéndonos sobre todo de una bolsa de cargas que nos proporciona Wtransnet y Teleroute. Nuestro lema principal –dice con firmeza el responsable de Grabulosa–, es ser amigo de todos, no entrar en la guerra de precios y sobre todo nunca, nunca trabajar para perder, porque eso nos perjudica a todos en este sector”.
Lo cierto es que el cuerpo del día a día en Grabulosa lo conforman una serie de clientes que se profesan fidelidad mutua: Fluidra España (accesorios de piscinas), Resinas Olot, Carlotot, Plasfur, Torras Papel, Bellapar y toda una cartera de empresas de diferente envergadura.
Como en tantas otras zonas de España, se nota que muchos autónomos han echado el cierre, y eso hace que no sólo los 15 camiones de la empresa siempre estén en movimiento, sino que también tengan que echar mano regularmente de otras empresas de la zona, fundamentalmente Manutrans y Bruguitrans.
Sus casi 2.000 metros cuadrados, repartidos en cuatro naves ubicadas en la capital de La Garrotxa (Gerona), son un pilar fundamental para realizar las manipulaciones de las cargas y aparcar los camiones. En los mismos se dispone de toros mecánicos y toda la maquinaria necesaria para la administración del espacio.
De esta manera se ofrece una gestión integral de un servicio personalizado para cada cliente (custodia de la mercancía, estado y localización de la carga, gestión de la documentación, tratamiento adecuado de las incidencias y, en definitiva, todo lo que atañe a un trato personal) y las cargas se organizan según las necesidades, ya sea por palets, metros lineales o cargas completas.
“Cuando tienes en la cabeza todas las claves de los procesos –afirma en este aso Toni– que emplea cada cliente, es más fácil que el trato personal fluya, y eso te permite mantener con dignidad tus márgenes”.
Empiezan a caer los primeros copos de nieve en una fría tarde otoñal de esta parte prepirenaica de Catalunya, cuando nos vamos despidiendo de nuestros anfitriones y haciendo las últimas fotos a las unidades que van llegando a las instalaciones, pues lo normal es que las rutas sean de ida y vuelta y los chóferes duerman en casa.
Las hijas de Ernest (Ingrid y Vanessa) y Toni (Laura) siguen de momento sus estudios, y quién sabe si alguna pueda tomar las riendas de Grabulosa algún día, pero, en cualquier caso, a los hijos de aquel Jaime que acomodaba gallinas y conejos en la caja de aquel legendario motocarro aún les queda cuerda de sobras para celebrar muchos más aniversarios.
En julio pasado aprovecharon la celebración de la 1ª Concentración de Camiones de Olot, San Cristòfol 2013, que reunió a un centenar de clásicos, decorados y tuneados, para presentar su nuevo logo, en el que se incluye la leyenda “60 años a tu servicio”. La evolución es un proceso en el que Grabulosa está siempre en marcha por su propia naturaleza.
