El Scania P280 EEV lo podemos encontrar con hasta 4 años de edad; sin embargo, su nivel de emisiones está totalmente en vigor. La norma EEV se sitúa justo un peldaño por encima de la Euro 5, vigente en la actualidad. Además de cumplir con esta restrictiva licenciatura, en Scania han logrado crear un motor con unos consumos muy bajos, a la vez que potente y elástico, cambiando la tendencia de que a mayor restricción de emisiones se produce un aumento en los consumos de combustibles.
Los 280 CV, junto con un gran par de 1.400 Nm, consiguieron unos consumos muy ajustados en nuestra ruta de pruebas, situándose por debajo de los 25 litros a los 100 km. Su comportamiento en las pendientes fue espectacular; tanto es así, que la velocidad media obtenida por el vehículo se quedó a muy poco de la velocidad máxima teórica. Esta circunstancia se la debemos atribuir a su magnífico par motor y la amplia franja de revoluciones en la que podemos disfrutar de éste.
El complemento perfecto para este motor es su acertada caja de cambios automatizada Opticruise de 8 velocidades, que se ofrece de forma opcional. Aun siendo una caja de cambios automatizada, Scania conserva el pedal del embrague, elemento característico de la marca y que pone el tono diferencial con respecto a su competencia. Este cambio, además, es el más acertado para un vehículo cuya principal labor será la de reparto, con recorridos medios cortos y muchas paradas.
Los materiales empleados en el interior de la cabina junto a los ajustes de paneles, complementos y salpicadero son ejemplares. Teniendo en cuenta que es un vehículo de reparto, los huecos portaobjetos están limitados, y básicamente deberemos conformarnos con unos pequeños cofres situados al lado del acompañante. Un aspecto destacable de esta cabina es todo lo referente a la comodidad del conductor.
En este sentido, tenemos la regulación de la columna de dirección, tanto en altura como en profundidad. Incluye un rápido y eficaz sistema que posiciona la columna de dirección totalmente vertical, con lo que se consigue facilitar al máximo el acceso al puesto de conducción. La visibilidad de todo lo que pasa a nuestro alrededor está a cargo de un completo paquete de espejos, que incluye el lateral de ángulo muerto y el frontal encima del parabrisas. El asiento del conductor es realmente cómodo, con un excelente reposacabezas integrado en el respaldo, lumbares y una banqueta de dimensiones adecuadas.
La imagen Scania
Desde el exterior, la sensación es la misma que cuando miramos a su hermano mayor de la clase R, pero todo con menor tamaño. Son tan parecidas las líneas, que desde lejos es difícil distinguirlos, si no fuera por la altura. Estas similitudes tienen un porqué, y es que las marcas cada vez más integran el máximo de componentes en toda su gama de vehículos, es cuestión de reducción de costes. Aspecto en los que el usuario es el principal beneficiario. Independientemente de esto, y como suele ser habitual en la marca escandinava, los acabados exteriores, tanto por materiales como por ajustes, ofrecen una calidad digna de Scania. En conjunto ofrece una imagen de gran solidez poco común en esta serie de camiones denominada de reparto urbano.
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