La novedad más destacable de esta serie G es la incorporación de la nueva plataforma de motores de 12,7 litros de cilindrada y 6 cilindros en línea. Se abandona, pues, la anterior variante de 11,7 litros que tan buenos resultados había dado.
RESULTADOS TOTALES | |
Km. recorridos: 389 km | Velocidad media: 77,64 km/h |
Tiempo empleado: 5,01 h. | Consumo medio AdBlue: 2,05 l/100 km |
Consumo medio: 36,26 l/100 km |
Aunque se trata de un nuevo diseño, se mantienen inalteradas las características tradicionales de la marca, tales como culatas individuales, árbol de levas en cabeza y filtro centrífugo de aceite. Al tratarse de un diseño totalmente modular, se reducen los tiempos de operación y mantenimiento, además de no tener que formar al personal de taller, ya que la estructura básica sigue siendo prácticamente la misma.
En cuanto al proceso de fabricación, hay que decir que ahora más que nunca entra en práctica el concepto de aprovechamiento de recursos, y muestra de ello es que esta nueva motorización de 12,7 litros comparte abundantes piezas y componentes de los V8, lo que alimenta enormemente la sensación de que nos encontraremos con un motor muy robusto y fiable.
En esta ocasión, Scania ha optado por ofrecer la normativa Euro 5, con necesidad de recurrir al Adblue, por lo que no será precisa una inyección de alta presión como en los motores que no emplean este aditivo. De esta manera, la mecánica se suministra con el sistema denominado PDE, de menor coste de fabricación que el de alta presión XPI.
Para acompañar todas estas novedades, Scania nos propone su conocido cambio automatizado Opticruise, revisado convenientemente con el software adecuado para la nueva plataforma mecánica.
En cuanto al resto de la cadena cinemática, también hay que recordar que el constructor escandinavo es de las pocas marcas que fabrican todos los componentes, lo que hay que reconocer que tiene su mérito.
En cuanto al exterior, el camión cuenta con una planta espectacular, ya que es exactamente igual que los modelos superiores de la Serie R, salvo por que la cabina está situada unos centímetros más abajo. De hecho, hasta que no nos encontramos relativamente cerca de él podemos confundirlo con bastante facilidad. Y con estos argumentos, poco queda que decir.
Buenas aptitudes
Con la práctica de haber probado hace poco un G 440 con esta misma plataforma de motor, iniciábamos nuestro test e inmediatamente nos apreciamos su familiaridad en la forma de comportarse, ya que si miramos los resultados, comprobaremos que prácticamente son calcados a los de aquella versión. Esto dice cosas a favor y en contra de nuestro protagonista, ya que por un lado la velocidad media obtenida es prácticamente idéntica a la de la versión con 40 CV más de potencia, pero el consumo también ha sido prácticamente el mismo. Lo que viene a certificar lo que muchas veces hemos comentado de lo ajustadas que están todas las mecánicas en consumos y prestaciones, y si bien una cuarentena de caballos no es una cantidad despreciable, podemos asegurar que en estos niveles la ganancia no es muy exagerada.
Donde únicamente se notaba algo más perezoso era lógicamente en las grandes subidas de nuestro recorrido, aunque esto no quiere decir que no las hiciera con bastante soltura para tratarse de un camión de 400 CV de potencia.
Por lo demás, hay que destacar aquello a lo que nos tiene acostumbrados la marca sueca; es decir, un comportamiento dinámico muy acertado, debido sobre todo a una dirección y unas suspensiones perfectamente combinadas, aunque con la pequeña dificultad de contar con un cambio automatizado un poco lento en algunas situaciones. Este pequeño pero se ve solventado gracias a la capacidad que tienen estos motores de recuperación, y es que siempre parecen contar con más par del que anuncian, además de con una buena banda de revoluciones útiles, que se inician desde muy abajo. Este comportamiento hace que el camión trabaje casi siempre muy relajado, lo que da una sensación de bienestar sonoro y contribuye muy positivamente en las jornadas de trabajo.
Tampoco debemos obviar las mejoras introducidas en la aerodinámica, y que son las mismas que se implantaron en su día en el Serie R, que consisten en los deflectores laterales extendidos, que ayudan a mejorar el flujo detrás de la cabina, junto con los faldones laterales, y que conseguirán un ahorro de aproximadamente un 2 % en consumo de combustible.
Equilibrio contrastado
Como decíamos anteriormente, este Scania de la Serie G está cargado de la filosofía que ha hecho que los camiones del constructor se mantengan en un lugar privilegiado dentro del difícil mercado europeo.
Conducir uno de estos modelos es una tarea muy gratificante, y aunque en esta ocasión no viniera excesivamente vestido de todas las opciones con las que cuenta, el comportamiento y la conducción tampoco están ligados a esta circunstancia.
Comparado precisamente con el G 440 que probamos recientemente, es sustancialmente más económico, al conformarse con mecánica de normativa Euro 5, cuando aquel era el nuevo Euro 6. Por lo que, de momento, y mientras no sea obligado por ley, será una buena adquisición, que colmará las expectativas de prácticamente todo el que precise un camión de estas características, ya que si bien no contaremos con la máxima potencia, ni con la cabina más grande del mercado, sí que tendremos un poco de todo. Desde luego será más que suficiente, tanto para emplearlo en la distribución como para largas distancias, aunque para esto quizás sí echaremos en falta que la cabina fuera un poco más equipada en cuestión de zona de descanso y de armarios.
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