A pesar de que LVT (Logistic Vázquez Tarrés) es una empresa joven, fundada en 1998, sus orígenes se remontan a 1967, cuando Carlos Vázquez Limeres fundó TransVázquez.
Inicialmente estaba dedicada al transporte de hilaturas textiles, y un poco por casualidad empezaron a trabajar para Honda cuando la firma japonesa necesitó, hace ya unos cuantos años, un almacén de forma provisional.
Poco a poco, y debido a la pasión por la moto de Joan Carles Vázquez, hijo del fundador, la empresa fue especializándose en el transporte de motos rodadas hasta llegar a ser el operador logístico de motocicletas de referencia del país y el que ha elegido una gran multinacional como Montesa-Honda para transportar sus motocicletas.
La red de concesionarios, agentes y subagentes que en España se dedican a comercializar motocicletas y ciclomotores es enorme, y entre ellos y las casas madre que les suministran las motos se halla una figura clave y poco conocida, la del transportista que se encarga de hacerles llegar a las tiendas las motos para exponer o aquellas que están vendidas y que ya tienen a un motero esperando.
Nos adentramos en esta figura de la mano de LVT, la mayor empresa de nuestro país dedicada al transporte de motocicletas rodadas para las marcas. Entre sus clientes se encuentran nada más y nada menos que Honda, Suzuki, Yamaha, Kawasaki, Harley-Davidson y Polaris.
A estas alturas, muchos pensaréis que esto de meter motos en una furgoneta o camión no tiene ningún secreto, pero si seguís leyendo veréis que este proceso es mucho más complejo que un simple transporte, especialmente cuando hablamos de llevar hasta la otra punta de la Península motos rodadas, listas para ser usadas.
En este punto hay que aclarar que hay dos maneras de hacer un transporte de motos. La primera, que no significa ninguna complicación adicional en cuanto al transporte frente a llevar cualquier otra mercancía, es llevarlas desmontadas o semidesmontadas en una jaula. Empaquetadas, vamos. La segunda es llevarlas rodadas, sistema que sí supone una serie de características particulares.
Del embalaje a la calle
Entonces, y teniendo en cuenta que la mayoría de las motos llegan a España desde las fábricas o centros de logística en jaulas, ¿por qué no se transportan todas tal cual hasta los concesionarios? Puede hay varias razones para ello, pero las básicas son dos.
En primer lugar, no todos los concesionarios se encuentran en lugares donde se pueda acceder con un camión de gran tonelaje que pueda ser aparcado y descargado con toros. No todos disponen de un almacén suficiente como para almacenar las jaulas y proseguir con el desembalaje de las motos. Por último, cuando se usa este sistema, el montaje de la moto recae sobre los mecánicos de cada uno de los concesionarios.
Por todo ello algunas marcas optan por la segunda manera de transportar las motos, es la segunda gran razón que comentábamos. De esta forma, desde sus grandes centros de logística, las desembalan y montan de forma centralizada.
La marca mantiene, pues, el control de calidad del proceso de montaje final de cada una de las unidades a la par que se facilita a los concesionarios más pequeños o que están situados en plenos centros urbanos el proceso de descarga y almacenaje de las motocicletas, que llegan listas para ser matriculadas y puestas en la calle.
Este tipo de transporte, como hemos dicho, presenta algunas peculiaridades, puesto que las motos, al ir desembaladas, pasan a ser vulnerables y pueden sufrir posibles rasguños. Además, no se pueden apilar, por lo que no se puede aprovechar toda la capacidad de un camión convencional.
Camiones de doble nivel
Por ello nos fuimos hasta la sede central de LVT, en Santa Perpétua de la Mogoda, a pocos metros de distancia de su principal cliente, Montesa-Honda, para que nos enseñaran los camiones con los que trabajan y las precauciones que toman para evitar que las motos sufran daños durante el transporte.
El primer aspecto que sorprende de sus camiones es la enorme plataforma que se usa para cargar y descargar las motos. Mide 2,40×2,50 metros y permite realizar el proceso sin necesidad de un muelle de carga y sin que las motos tengan que pasar por ningún tipo de rampa.

Siempre se mueven sobre plano, por lo que los riesgos se reducen bajo mínimos. Además, el camión tiene dos niveles y dispone de una plataforma central móvil que se desplaza hacia arriba para permitir a los operarios cargar el nivel inferior.
Una vez lleno, con todas las motos en paralelo y bien atadas, se baja la plataforma hasta la altura de las motos para poder cargar el nivel superior de la misma forma.
Y como una imagen vale más que mil palabras, les pedimos a los operarios de LVT que nos hicieran una demostración de su trabajo para poder fotografiarlo. Finalmente, una vez cargado el camión entero, se cierra la plataforma trasera y se baja el techo para que las motos queden perfectamente cerradas dentro del camión.
Al final, el resultado es que en cada vehículo caben un total de unas 26 motos en los camiones con caja de 7 metros de longitud y unas 45 en los camiones de 14 metros.
Protegidas
La otra gran particularidad del transporte de motos rodadas es la posibilidad que tienen de sufrir desperfectos durante el transporte. Evidentemente, un camión en movimiento no es un contenedor estable, y las motos que viajan dentro se zarandean.
Así, entre moto y moto, hay que situar una espuma que evite que se rocen y se rayen entre ellas. Esto que parece así de simple, a la hora de la verdad no lo es tanto, porque la compresión y los movimientos hacen que la mayoría de las espumas del mercado provoquen pequeños daños en la pintura.
Y claro, si uno ha encargado una moto, lleva unos días esperándola, y cuando le llega no está perfecta de pintura, el enfado es mayúsculo. Joan Carles Vázquez, director de LVT, nos explica que las espumas que ellos utilizan han pasado los estrictos controles de calidad de Honda.
El resultado es que de 42.000 motos que transportaron en un año, sólo el 0,09 % sufrieron algún tipo de desperfecto. Eso significa que menos de 38 motos sufrieron alguna incidencia “pero no quiere decir que llegaran siniestro. Sufrieron alguna rayadura, y nosotros nos hacemos cargo de estos pequeños desperfectos”, aclara Vázquez.
Es en este momento, con el camión cargado y con las motos bien cinchadas y protegidas, cuando los camiones empiezan su ruta por España para hacer llegar las motos a todos los rincones de la Península. La cigüeña está lista y las motos se van para la que será su casa.