El registro dice que Gamertrans Norte se fundó en 1996. Pero lo cierto es que fue en 1958 cuando, sin saberlo, el palentino Juan Manuel Abad puso la primera piedra de un negocio que no se materializaría hasta décadas después.
En ese año, el alma mater de la familia Abad se subió al camión para empezar su carrera profesional como transportista. Años duros de viajes a Barcelona que duraban tres días; de descansos magros echados sobre el capó del camión.
Y pese a los rigores del trabajo, fueron años en los que Juan Manuel no solo se fue haciendo camionero, sino que desarrolló un amor por su profesión que más tarde inculcaría a sus cuatro hijos.
José Manuel, Juan Ángel, Conchi y Rubén mamaron el oficio desde pequeños. Todos crecieron ansiosos por viajar con su padre. Y, poco a poco, todos aportaron su granito.
En 1996, Transportes Abad se convierte en Gamertrans Norte y arranca una aventura empresarial que le ha llevado, en algo más de veinte años, a convertirse en referente del transporte castellanoleonés, con una flota de 180 camiones propios, 248 plataformas y una red de almacenes para servicios logísticos que alcanza los 68.000 m2 de superficie.
Juan Manuel, abuelo de ocho nietos y ya jubilado, continúa siendo el faro. Sigue fichando a las 9 y saliendo a las 7. Esta es su vida y en ningún otro sitio se siente mejor que rodeado de vehículos, mercancías… y familia.
José Manuel es el director; Juan Ángel, el jefe de tráfico; Rubén, el jefe de taller, mantenimiento, seguros y compras; y Conchi, responsable del departamento financiero. Además, tres cuñadas también forman parte del organigrama: Ana Isabel (departamento jurídico), Marian (contabilidad) y Ana (adjunta al Departamento de Tráfico).
Todos a una y con la figura del padre como espejo donde mirarse. Decía la novelista Jane Howard: “Clan, tribu, familia: lo llames como lo llames, seas quien sea, necesitas una”. Pues eso. Exactamente eso.
Rubén Abad tiene 37 años. Es el pequeño de los hermanos. Está al frente de las áreas de taller, mantenimiento, seguros y compras. “Pasa, que te presento a la familia”, me dice en cuanto me ve. Hoy falta José Manuel, que está en Valladolid. Al resto, me los presenta a todos.
“Cada día con la familia”, me dice Rubén entre risas. “Es muy importante para nosotros. Todos mis hermanos y yo empezamos muy jovencitos. No queríamos estudiar, ¡queríamos camión! Así que mi padre nos dijo: mirando no vais a estar. Y uno tras otro hemos ido entrando en la empresa”.
La figura del patriarca es fundamental. Pese a que Juan Manuel ya se retiró, su opinión se sigue teniendo en cuenta para todo tipo de operaciones. “Le consultamos todo”, asegura Rubén.
La familia Abad le ha ido dando forma a Gamertrans Norte en estas dos décadas de historia. Hoy cuentan con 256 personas en plantilla.
Siguen en la sede original, pero el espacio para camiones se ha quedado pequeño, por lo que han tenido que ir ampliando el número de campas.
La empresa está especializada en el transporte nacional e internacional de mercancía por carretera (100 millones de toneladas al año), pero parte del negocio lo conforma también el trabajo de operador logístico: hacen gestión integral de almacenes con sedes en Palencia, Valladolid y León, y tienen un depósito público aduanero por el que el año pasado entraron 20.000 toneladas de mercancía.
La eficiencia, clave
La flota de Gamertrans Norte está compuesta por todo un abanico de marcas. Rubén analiza el resultado de todos los modelos y a partir de ahí decide qué es lo más conveniente: “Sobre todo tenemos Renault Trucks, pero vamos probando un poco de todo.
La idea es ajustar costes al máximo, tanto en compra de vehículos como en gasto de neumático, combustible, equipación, etcétera”. Rubén reconoce que hay muchas variables para decidir el vehículo ideal: “Por un lado está el confort y el equipamiento; y por otro, el coste euro/kilómetro del vehículo. Trabajamos con renting a 36 meses.
He podido hacer pruebas de conducción con casi todas las marca y atendiendo a eso sacamos la relación de lo que gasta un camión”.
Toda la flota se gestiona a través de un equipo de telemetría que registra hasta el más mínimo detalle del movimiento de los vehículos. “Los chóferes están formados con la marca del camión que llevan, pero si vemos que alguno tiene algún problema de consumos, les echamos una mano para ajustarlo”.
Los diferentes departamentos de la compañía están coordinados informáticamente para ahorrar tiempos –el just in time es una religión aquí– y toda la actividad de la flota se mueve en tiempo real en las pantallas de los ordenadores del Departamento de Tráfico.
Su principal cliente es Renault, para quien almacenan y transportan piezas de automoción desde sus fábricas de Valladolid y Palencia hacia Europa.
El otro sector que trabajan es el de la alimentación. “Tenemos 180 vehículos, prácticamente todos en propiedad”, explica Rubén. “Lo importante es que tenemos muchos camiones y plataformas de repuesto para poder dar una respuesta rápida a los clientes. Nos dejamos la piel en cada servicio”.
En 2011 recibieron el premio al mejor proveedor mundial de CAT Group por su velocidad de entrega. Ni que decir tiene que el galardón fue recibido como “un orgullo para todo el equipo y, sin duda, un reconocimiento para toda la familia”. El mejor trofeo también para un veterano como Juan Manuel, el alma mater de Gamertrans Norte.
Un T520 Maxispace para Oti
Hace apenas un mes, nuestra amiga Oti Cabadas entraba en la plantilla de Gamertrans Norte. El estreno no pudo ser mejor: en la campa de la empresa le esperaba un imponente Renault T520 Maxispace con cabina High Sleeper Cab que Renault Trucks había cedido como vehículo de prueba. “Me llama Rubén y me dice: ‘tengo una sorpresa esperándote’.
Y yo enseguida pensé: ‘ya verás, al final no me contratan’”, explica Oti con una sonrisa tan amplia como la cabina de su T520. “La verdad es que cuando me dieron las llaves sentí un poco de reparo. Eres la nueva y te dan esto, con remolque nuevo también. ¡Qué presión!”.
La conductora gallega lo ha disfrutado durante 15 días, tiempo durante el que ha hecho rutas desde Palencia al País Vasco, a Barcelona y a Madrid. “En llano no se nota la diferencia con el T460 que llevo ahora, pero en las subidas tira como ninguno que yo haya probado”, cuenta Oti.
“Y de las dimensiones, pues, ¿qué te voy a contar? Para mi tamaño me sobra por todos lados. Hay muchísimo espacio, muchos cajones y nunca sientes sensación de agobio”.
En cuanto a la comodidad de conducción, Oti destaca la practicidad y ergonomía del puesto de pilotaje: “Los mandos están perfectos, todo al alcance de la mano. He probado muchas marcas, pero solo con Renault encajo tan bien ¡y que conste que no me pagan por decir esto!”, dice riendo.
Sobre los consumos, la gallega solo tiene una referencia: un mismo viaje (Palencia-Pamplona) que realizó poco después con el Renault T460. Pese a que el T520 montaba un 13 litros –por un 11 litros de su hermano pequeño–, Oti piensa que no hubo mucha diferencia en consumo. “Es más –añade– yo diría que el 13 litros consumió quizás un poco menos”.
Para la nueva chófer de Gamertrans Norte, estos 15 días de prueba con el T520 Maxispace le han servido para llegar a una conclusión: “Se lo han currado. Para hacer este camión, Renault ha estado alguna noche sin dormir”.