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A caballo entre un monovolumen compacto y un microfurgón, el Ford Tourneo Courier, el más jovencito de la saga de los comerciales del fabricante, se propone como una alternativa para el usuario que pretende conciliar en un único vehículo la vida familiar con el trabajo. La buena estampa del Tourneo Courier que hereda de la imagen de marca le confiere un atractivo comparable a cualquiera de los otros modelos de la gama de turismos, con la parrilla frontal inconfundible, hexagonal y alargada, teniendo la certeza de que tenemos un Ford ante nosotros. La gama Tourneo Courier está disponible en el mercado con dos bloques motor: el galardonado propulsor gasolina 1.0 EcoBoost con 75 CV y el diesel 1.5 Duratorq TDCi con dos niveles de potencia máxima, 75 y 95 CV, todos ellos asociados a una caja de cambios manual de cinco velocidades y enmarcados en la normativa Euro 6, merced del filtro de recirculación de gases. Nuestra unidad de pruebas es un Tourneo Courier Titanium 1.5 TDCi de 95 CV, con Auto Start & Stop, que se monta en opción en toda la gama de motores.
Este monovolumen compacto se ofrece en nuestro mercado en tres niveles de acabado, Ambiente, Trend y Titanium, que incluyen como equipamiento base la doble puerta lateral, el sistema de fácil repostaje sin tapón, la consola central con ds posavasos y compartimento con capacidad de documentos A4, ordenador de a bordo, o el tacómetro, entre otros elementos, que se van sumando a medida que elevamos los escalones de estas versiones. Al mismo tiempo, Ford ofrece hasta cinco paquetes de opcionales que pueden rematar cualquiera de estos acabados.
Otra característica destacada es la consola central que predomina en cualquier salpicadero de este constructor, desde la que podremos controlar el audio, la sintonía de la radio, el aire acondicionado, la activación o desactivación del sistema Auto Start & Stop, acceder al navegador, llamar por teléfono al sincronizar nuestro teléfono, o simplemente dirigir las enormes salidas del aire que rematan los lados. Aunque estas últimas son de tamaño destacable y bien orientadas pueden alcanzar a las plazas traseras, echamos de menos alguna salida de aire específica en la zona trasera, que entendemos que a plena carga de ocupantes pudiera ser necesaria.
Prestaciones Courier
Como su denominación indica y como punto de partida, la serie Courier del Transit fue concebida para el transporte ligero de mensajería en ciudad, es decir, un vehículo urbanita por los cuatro costados, donde se premian las motorizaciones contenidas con relaciones de marchas ágiles y no demasiado largas. De ahí, precisamente, que el homónimo hecho monovolumen, el Tourneo, monte un cambio de marchas manual de cinco velocidades que creemos que pueda resultar algo justo para un uso familiar o recreativo, frente a un cambio de 6 relaciones que, en combinación con el Start & Stop, ofrecería un consumo y unas emisiones nocivas más ajustadas aún, que lo acercarían todavía más a un turismo de las características que pretende. Así, el mismo motor diésel de 1,5 litros y 95 CV de potencia máxima que sin el sistema Start & Stop emite 104 g/km de CO2, en esta versión de prueba que monta el dispositivo sitúa este valor por debajo de los cien gramos, 99 g/km. Entre estas características mecánicas, el sistema de frenado emplea la carga regenerativa inteligente, así como el ABS, con frenos de disco delante y de tambor en el eje trasero.
Por otra parte, a pesar de tratarse de un vehículo de poco más de cuatro metros de longitud total, sorprende la capacidad que alberga el maletero, 708 litros con los cinco asientos montados, o hasta 1.656 litros con solo los dos asientos delanteros y la banqueta trasera de tres plazas abatida y plegada. Además, el modelo lleva una bandeja portaobjetos ajustable en altura que permite la organización de la carga en el espacio disponible, que puede subir o bajar hasta tres posiciones. Del mismo modo, el Ford Tourneo Courier cuenta con otros espacios en los que almacenar utensilios u objetos, como la bandeja de techo delantera que coge todo el ancho de la luna delantera y sobre las cabezas de los ocupantes de las plazas delanteras, así como el cajón que se esconde bajo el asiento del acompañante, que puede albergar objetos de mayor valor, lejos de las miradas ajenas, como un portátil o una tablet, etc.