Algunos conceptos como economía de escala, sinergias productivas, reducción de costes, control del cash flow operativo y una serie de vocablos más aparecieron hace muy pocos años en las ruedas de prensa que precedían al lanzamiento de un nuevo vehículo. Siempre pensé que era una especie de artimaña dialéctica como para justificar el trabajo en equipo, la colaboración entre marcas o fabricantes que en el mercado real son auténtica y despiadada competencia. Pero que, sin embargo, entre candilejas estrechan lazos para que cualquier diseño, desarrollo y fabricación de un nuevo modelo reduzca al máximo la inversión de cada uno. Es muy claro: todo ese proceso para un solo fabricante tendería un coste, equis. Si equis lo dividimos entre tres, el precio que debe aportar cada socio se reduce notablemente. Una operación sencilla para un beneficio común. Así de ese modo nace el Citroën SpaceTourer, el Peugeot Traveller y el Toyota New Proace. Otra cosa es ya el momento de exponer el modelo en los escaparates de los concesionarios. A la hora de vender: cada uno por su pellejo.
El SpaceTourer de Citroën se ensambla alrededor de una nueva variante de la plataforma EMP2 que deriva de la utilizada en los C4 Picasso y Grand C4 Picasso. De estos, únicamente se aprovecha la parte frontal, que será la que integre los órganos mecánicos, la cadena cinemática, el sistema eléctrico, batería, etcétera. El resto de la plataforma ha sido realizada exclusivamente para el SpaceTourer. La estructura se ha reforzado notablemente, ya que tanto el tren delantero como el posterior son específicos para los nuevos modelos, puesto que pueden soportar una carga de hasta 1.400 kg. La combinación del chasis permite a la marca ofertar tres longitudes con el SpaceTourer: la XS, de 4,60 m; algo inédito hasta ahora en el segmento de los familiares de gran capacidad. La M es de 4.95 m y la XL llega hasta los 5,30 m, que se asocia con lo que se considera la batalla larga.
El interesante estudio que se ha realizado sobre el diseño del chasis-plataforma antes de su fabricación permite posteriormente que la modularidad de la carrocería sea uno de los caballos de Troya del modelo. Puede acoger hasta a nueve viajeros con totales garantías de confort y seguridad. Al mismo tiempo, aporta una más que notable habitabilidad en la segunda y tercera fila de asientos. La accesibilidad al interior del habitáculo es otra baza que han solucionado muy bien los diseñadores interioristas de Citroën, incluso para los pasajeros de la última bancada de asientos, algo que suele penarse en otros modelos. Aquí la práctica solución llega de la mano de la gran apertura que plantea la puerta lateral deslizante. El maletero oferta también muy buenas capacidades, de hasta 2.932 litros en el modelo XL, de cinco plazas.
Configuraciones a la carta
Citroën inicia la comercialización de la nueva gama SpaceTourer con un total de cuatro versiones. Los SpaceTourer Feel y SpaceTourer Shine están disponibles con las tres longitudes de plataforma que citábamos anteriormente y pueden acoger a cinco, siete u ocho pasajeros. El interior del habitáculo es modulable a voluntad o según la necesidad del instante. Su adaptación es de lo más sencillo gracias a que los asientos pueden deslizarse sobre rieles. De este modo, podemos seleccionar la amplitud del maletero y ofrecer un mayor espacio a las piernas de los viajeros. Los respaldos de los asientos son abatibles en lo que se conoce como forma de mesa y de tal modo podemos transportar ocasionalmente bártulos que sobrepasan las medidas habituales.
El SpaceTourer Business está disponible con capacidad de cinco a nueve ocupantes e igualmente con las tres longitudes mencionadas. Puede configurarse según las necesidades de transporte de personal, ya que nos hallamos ante una versión orientada principalmente al servicio de taxi, lanzadera de hoteles, etcétera. Otra opción de este modelo es el SpaceTourer Business Lounge, que se ofrece en clasificación M y XL, para seis o siete plazas. Con asientos individuales acabados en cuero y mesa escamoteable deslizante se puede convertir en un instante en lo que se considera una oficina móvil. Está orientado principalmente al servicio o uso profesional. Cualquiera de estas opciones puede incorporar un sistema de transmisión 4×4, de fabricación D’Angel.
Motorizaciones ecológicas
Citroën propone para esta gama un total de cinco propulsores, todos ellos de ciclo diésel que pertenecen a la última generación de las serie BlueHDi. Las emisiones al exterior están muy controladas. Tanto los óxidos de nitrógenos (NOx) como los de CO2 se controlan a través de la innovadora línea de escape que consta de un catalizador de oxidación, uno de SCR que transforma el AdBlue y que se complementa con otro filtro de partículas que introdujo el grupo PSA para eliminar la evacuación de estas. Las potencias disponibles de esta gama de motorizaciones van desde los 95 hasta los 180 CV, con escalones intermedios de 115 y 150 CV. El confort en carretera, así como el buen comportamiento dinámico del vehículo, viene de la mano de los trenes rodantes, que confieren una buena precisión del guiado. El tren delantero de tipo McPherson está reforzado con barra estabilizadora. Por su parte, el posterior es un triángulo de tipo oblicuo. Los muelles son de dureza y tarado variable, así como los amortiguadores que disponen de un sistema de amortiguación variable en función de la carga, conocido como AMVAC. Este complemento permite variar la amortiguación en función de pasajeros, equipaje y asentado en la carretera. El nivel de confort, comportamiento y seguridad queda garantizado también con el complemento imprescindible de la electrónica, que ayuda a gestionar este tipo de innovaciones tecnológicas. Las nuevas tecnologías son sinónimo de confort y seguridad.