El transporte de caballos requiere de vehículos confortables y seguros para el traslado de tan noble animal. Carrocerías Ameline sabe de lo que hablan. Su afición por ellos los ha llevado a configurar furgonetas donde cada detalle está más que bien pensado. Vamos a verlo.
La afición por montar caballos llevó al padre de Julián, el responsable de Carrocerías Ameline, ha configurarse un vehículo para el transporte del animal.
La necesidad llevó a la solución con tanto éxito que la gente en su Francia natal que veía la furgoneta se quedaba prendada y quería uno. Así nació la compañía que hoy visitamos, que ya lleva instalada en nuestro país quince años. Concretamente en la localidad gerundense de Vilamalla.
Aquí, Julián cuenta con un equipo de quince personas para dar salida a este tipo de furgonetas para el transporte de caballos. Su mercado se centra en vehículos de hasta 3,5 toneladas y siempre trabajando sobre chasis cabina de Renault Trucks Master o Fiat Ducato. “Es lo que demanda el mercado y además es lo mejor para apostar por un equilibrio entre la calidad y el precio”, nos cuenta el responsable de la compañía.
Carrocerías Ameline fabrica en nuestro país y vende por toda Europa. “Contamos con distribuidores en todos los países, especialmente importantes son los mercados de Inglaterra, Países Bajos, Dinamarca y Francia. Para España vendemos directamente nosotros. En este sector todo el mundo me conoce y contacta con nosotros cuando quiere una solución para el transporte”.
En nuestro país, los clientes han visto una excelente oportunidad con las soluciones que da Ameline. Antes viajaban con camiones más grandes o con remolques y poco a poco han visto como este tipo de vehículo colma sus necesidades. Y más cuando los principales jinetes del país llevan sus furgonetas con lo que supone de promoción para ellos.
Julián nos cuenta que están entregando unos sesenta vehículos al año, más o menos uno a la semana, aunque su propósito es llegar a los siete al mes: “Lo podemos hacer, pero para ello necesitamos personal formado, que es lo más complicado, sobre todo soldadores, pintores y carpinteros. Trabajos muy artesanales”.
Y ¿cómo trabajan en Carrocerías Ameline? Pues Julián nos da las claves. “Apostamos por la calidad-precio y sobre todo por dar confort al caballo y a los pasajeros que al final recorren muchos kilómetros. A nosotros nos llega el chasis-cabina y comenzamos a alargarlo y reforzarlo para montar la caja.
Una vez instalada, nos vamos a pintura y después toca el montaje interior y exterior de todos los elementos que llevará el vehículo. Viajan dos caballos, siempre separados y con todos los accesorios para que lo hagan sin hacerse daño.
Hay que saber cómo viaja un caballo y lo peligroso que puede llegar a ser. Hay puntos que tienen que estar muy reforzados, tenemos que hacer un vehículo ligero, pero muy resistente.
También cuenta con rampa lateral porque los animales entran por aquí, ya que viajan a contra marcha. La parte trasera sirve para guardar las cosas del jinete.
La cabina también la alargamos para colocar una banqueta trasera, donde puedan entrar hasta cinco personas. Nuestros clientes son transportistas que hacen el servicio de transportar caballos, pero también jinetes que viajan con su animal y con la familia.
En función de esa tipología, la furgo cambia sus características”, apunta Julián, que nos continúa diciendo que “todos los vehículos llevan ventanas laterales y ventiladores y que depende de los mercados como Arabia o Andalucía, añaden aire acondicionado y/o calefacción en la zona de carga”.
Todo bajo control para un mejor viaje de estos bellos animales.