Cuando es necesaria la consolidación o preparación de un terreno para emprender obras como la de un gaseoducto, canalizaciones en autovías, excavaciones en subterráneos, acueductos, parques eólicos, polígonos industriales…, esto es, consolidación y estabilización de firmes y toda actuación que comporte un rebaje o un zanjeo del suelo, Trench-Cat se pone, nunca mejor dicho, manos a la obra.
Su especialidad es la excavación de zanjas en roca, aunque todo lo que comporte movimientos de tierras será realizado por ellos con el mayor compromiso de calidad.
Capaces de trabajar en cualquier parte del mundo, para esta acometida, esta empresa con sede en la localidad leridana de Bellpuig dispone de toda la maquinaria necesaria para dar el mejor servicio y la máxima garantía a sus clientes.
Así, sus zanjadoras, todas ellas de la marca estadounidense Trench-Tech, de hasta 140 toneladas de peso, son capaces de llegar a una profundidad de hasta 4,40 metros con una anchura de hasta 1,52 metros.
Gracias a esta maquinaria se obtiene una mayor velocidad de ejecución, más capacidad de trabajo y un mejor acabado de la obra.
Su mano se puede ver en construcciones como la desaladora de Almería o la de Cartagena, el gaseoducto de Cáceres, el oleoducto Guadalajara-Soria, el acueducto de Reinosa a Santander o el parque eólico de Almarén, entre otros muchos.
Relacionados con el mundo de la construcción desde 1995, Trench-Cat basa su éxito en la capacidad de afrontar los encargos con la mejor preparación y formación de su personal, siempre respetando el medio ambiente y con una política seria de prevención de riesgos.
Para abordar un encargo, lo primero que hacen los técnicos de Trench-Cat es un estudio de la obra, metros, pendientes, tipo de material, su dureza, hasta definir un plan de trabajo en el que en función de lo encontrado se usará una u otra máquina. “Contamos con los vehículos adecuados para cada circunstancia.
Tecnológicamente van muy preparadas, un ordenador programa lo que tienen que hacer y ellas solas se van moviendo. El conductor prácticamente la lleva al sitio de faena y controla algunos aspectos.
En muchas ocasiones incluso se bajan mientras la Trench-Tech continúa en marcha”, nos explica Alexis Ripoll, uno de los encargados de obra de la compañía.
Nos encontramos con Alexis en una de las minas de potasa situada en la localidad barcelonesa de Sallent. A pie del cañón nos explica la doble funcionalidad que se le da a estos mastodontes.
“Como zanjadora, lo que hace es triturar el material, lo deposita en su barriga y lo elimina por las cintas transportadoras laterales. Avanzando va formando la zanja, según los parámetros establecidos.
Por otro lado, puede trabajar –realizando una serie de cambios– como fresadora. En este punto, lo que hace es levantar el material, triturarlo y depositarlo en el mismo sitio. Después, con un bulldozer, se desplaza la tierra al lugar indicado”, detalla nuestro anfitrión.
Además de las zanjadoras Trench-Tech modelos 2700, 2500 y 2000, esta compañía catalana dispone entre su flota de vehículos de varios bulldozer, así como compactadores, retroexcavadoras mixtas y giratorias, motoniveladoras, tractores o cubas, todos ellos con su particular función.
No obstante, entre este listado de vehículos destacamos uno cuya actuación resulta imprescindible: el Pegaso 3055.
Para el desplazamiento tanto de las máquinas zanjadoras (con pesos que van desde las 34 hasta las 143 toneladas) como del camión, Trench-Cat contrata un porte especial de góndola. Para ello suelen trabajar con varias empresas que dejan en el lugar indicado los vehículos transportados.
Pero, ¿cuál es la función del Pegaso? Podríamos enumerar dos. La primera, como vehículo taller; la segunda, como repostador.
Para esta última, entre la cabina y la caja se ha instalado un depósito en el que caben 2.000 litros de combustible.
Esto asegura el suministro a todas las máquinas que estén en el recinto si por dificultades del terreno el camión cisterna no puede llegar.
Como mencionamos anteriormente, se trata del modelo 3055 de Pegaso, vehículos sacados del Ejército y cuyo chasis se ha modificado para que la caja pudiera acoplarse.
En total, Trench-Cat dispone de cuatro unidades que únicamente se distinguen en la carrocería destinada a la carga de herramientas.
Cabe recordar que el 3055 es un modelo que justo este año cumple el 30 aniversario de su nacimiento.
Es una evolución del 3055 y contaba con tres ejes, un 6×6 con tracción total y un motor de seis cilindros turboalimentado de 200 CV de potencia real.
Es en este apartado donde el Pegaso da el do de pecho. Como vehículo-taller se ha ido llenando con el material necesario para las distintas obras.
“En él –nos detalla Alexis– contamos con todo los utillajes necesarios para reparar las máquinas: sopletes, llaves, radiales, taladros, repuestos varios, grupos de luz para trabajar en 220 y 380 voltios, prensa, tornillería, focos para la noche y un largo etcétera de útiles requeridos para el mantenimiento diario de los vehículos o para arreglarlos si se da esta circunstancia”.
Hay que tener en cuenta que las zanjadoras trabajan a pleno rendimiento, por lo que pueden ser normales las averías.
Alexis Ripoll nos sigue detallando que por fuera el Pegaso, un auténtico fiel escudero, tiene instaladas varias mangueras. “Una de aire para limpiar filtros, otra con más presión para aflojar tornillos de las cadenas, otra para el engrase y otra de 30 metros para el suministro de gasoil con una bomba eléctrica.
También incorpora una pistola pequeña para poner aire a los neumáticos. El único problema que tiene es la oscilación de un lateral a otro, ya que todo el peso del interior está en los lados, el pasillo va vacío.
Podemos decir que el Pegaso hace más fácil nuestro trabajo, va muy bien, pero por su edad necesita un mantenimiento exhaustivo”.
Por este motivo, además de la revisión que se lleva a cabo diariamente, después de la finalización de cada obra, tanto el Pegaso como las zanjadoras acuden a la base de Trench-Cat en Bellpuig donde son minuciosamente revisadas.
Puesta a punto y a seguir. Trench-Cat no para. A pesar de que en estos momentos la ejecución de obra pública en España está en descenso, las demandas de clientes para sus servicios siguen siendo buenas.
Previendo esta situación, la compañía hace un tiempo inició su expansión internacional trabajando en el oleoducto Durban-Johannesburgo, en Sudáfrica.
Para este año y los siguientes, continuará con su estrategia de internacionalización por lo que espera formalizar contratos en Argelia, Libia y Marruecos. También trabaja para desarrollar en colaboración con una empresa nigeriana proyectos en este país.
Podemos decir que las perspectivas futuras son buenas dado que Europa necesita alternativas a los gaseoductos rusos y espera la construcción de una conexión con Georgia llamada Tabuco. Este es un proyecto de miles de kilómetros de tuberías de gas.