Llamativo, especial y estéticamente impactante. Ese era el vehículo que Gustavo Moreira buscaba para incorporar a la flota de ITV Exprés, una empresa mallorquina que se dedica al mantenimiento, reparación y servicio de ITV para remolques.
Hace apenas tres años, a la pericia como mecánico y conductor de Gustavo Moreira se unió la experiencia gestora de Isabel Salvà, y juntos fundaron ITV Exprés, un taller de mantenimiento y reparación de remolques con servicio de recogida y entrega para inspecciones de ITV.
Una tarea integral que ambos ya conocían, pero que, sin embargo, se convertía en su primera aventura en solitario. “Este es mi mundo, desde pequeño, y me gusta”, dice Gustavo riendo mientras se señala las manchas de grasa que acumula en sus tejanos.
“Trabajé en taller durante años hasta que me decidí a ponerme por mi cuenta”, explica Gustavo mientras espera turno para entrar en la nave de la estación de ITV de Can Pastilla, a las afueras de Palma. “Era un proyecto que tenía en mente desde que llegué a Mallorca. Aquí en la isla hay varias empresas que hacen este tipo de trabajo para camiones y turismos, pero pocos que estén especializados en remolque”.
Isabel se puso a los mandos de la gestión y poco a poco empezaron a generar volumen de trabajo. “Vengo de una empresa de mantenimiento de grandes flotas y ya el primer día dije: este es mi mundo”, cuenta desde su pequeña oficina junto al taller de 1.000 m2, en una de las calles más concurridas del Polígono de Son Castelló, en Palma.
Empezaron con un vehículo y ahora tienen cinco camiones. El negocio se divide en dos ramas: la primera, dedicada al arrastre en temas de logística y cemento en polvo, la mayor parte de ellos en la isla.
La segunda rama se centra exclusivamente en la reparación y el mantenimiento de remolques –y el servicio opcional de ITV–, en la que cuentan con clientes de todo tipo, desde pequeños flotistas con bañeras, tauliners y contenedores hasta grandes empresas de transporte marítimo de mercancías.
“Ofrecemos un servicio que el cliente valora mucho”, reconoce Isabel. “Ten en cuenta que los remolques sufren mucho y hay que pasar las ITV cada seis meses. Son una herramienta que supone muchísimo dinero para las empresas. Además, aquí, por alguna razón que desconozco, las inspecciones son más estrictas que en la Península”.
Nuevo, llamativo y único
Le toca el turno a Gustavo. Saluda al técnico de inspección como si fueran familia. No es para menos: Gustavo lleva ya más de diez años pasando ITV, tres veces al día, de lunes a viernes. Y ahora, además, el llamativo T High Renault Sport Racing da pie a bromas y chanzas de todo tipo. “¿Todavía no lo has rayado?”, le gritan desde un foso de inspección.
Mientras el remolque es inspeccionado, Gustavo nos cuenta que empezó a barruntar la idea de incorporar un vehículo nuevo para el servicio de ITV un poco antes de la pandemia. “El concesionario Motorisa, de Renault Trucks, está muy cerca de nuestro taller. Tenían esta unidad como vehículo de exposición y, como me llevo bien con ellos, entré a preguntar. Quería algo llamativo, que no tuviera mucha gente, y además ya andaba cansado de hacer apaños a vehículos usados. Quería algo nuevo”.
El caso es que, después del confinamiento, el vehículo seguía allí y a finales de año se incorporó a la flota de ITV Exprés. La estética cumplía con los deseos de Gustavo. Y la mecánica y la comodidad, también. “Para mí, el diseño exterior de este camión es el mejor, pero además la mecánica que lleva es Volvo, y eso siempre es garantía”.
La unidad incorporada a las filas de ITV Exprés luce el número 87 en la placa identificativa del vehículo. “Hay dos unidades en España y el nuestro es uno de ellos”, dice Gustavo orgulloso de la adquisición.
Lo cierto es que el vehículo de Renault Trucks es de una estética implacable. Pintura amarillo Sirius, el mismo color que lucen los bólidos de la escudería F1 Renault Sport Racing; detalles exclusivos como la calandra y las carcasas de los retrovisores en negro brillante, llantas de acero con embellecedores en color amarillo o los carenados laterales con extensiones también bicolor.
Por dentro, salta a la vista el suelo plano, la confortabilidad del habitáculo y el nivel de los acabados: tapicería Recaro con pespuntado en amarillo, cuero negro, salpicadero panorámico con una terminación en carbono y entradas de aire rodeadas de amarillo. En cuanto a la mecánica, el T High Renault Sport Racing monta un motor DTI de 13 litros que entrega 520 CV de potencia combinado con una caja de cambios automatizada Optidriver.
“Ha sido una inversión grande”, reconoce Isabel. “Pero al ser edición limitada, también se deprecia menos que otros camiones. Es importante, además, que la gente se fije. Por eso le insisto a Gustavo que hay que rotularlo. Pero él está dubitativo”.
Un hecho extraño en lo que a la relación entre socios se refiere, puesto que, por lo general, Gustavo es el que se lanza primero a la piscina y luego le sigue Isabel. “Él es más valiente que yo. ¡Es un loco! Yo tengo que pararle los pies. Lo paro y él me anima, lo paro y él me anima… y así va la relación”, dice la gestora entre risas.
Gustavo pasa la ITV. Saca el brazo por la ventanilla y se despide hasta mañana. Rumbo al taller enciende las luces y disfruta de las miradas del resto de los vehículos. No en vano, lleva entre manos una auténtica perla con aire deportivo en la que se han cuidado todos los detalles. Qué menos que lucirla como quien saca un rey en la baraja.