El Iveco S- Way 570 de Manu reparte agua de Cabreiroá por toda la geografía española y, como buen deportista, planifica concienzudamente sus viajes para hacer un alto en el camino y ponerse en forma con su bici de carretera.
El agua que emana del manantial de Verín, muy cerca de la localidad que lleva el mismo nombre, ha apagado la sed de los lugareños y de los peregrinos que acuden al lugar por las bondades del agua que brota de la tierra desde tiempos inmemoriales.
A principios del pasado siglo se construyó el Balneario de Cabreiroá para quienes buscaban en sus aguas un lugar de descanso y salud; y posteriormente, casi cien años después, la familia Rivera tomó el mando para que la excelente calidad del agua de Cabreiroá estuviera al alcance de todos.
Para que esto fuera posible, la empresa se armó de grandes profesionales como Manuel Sanmamed, conocido por todos como Manu, todo un camionero pese a que solo lleva en el sector del transporte seis años. “Justo cuando nació mi hijo, Sergio, decidí dar un giro también a mi vida profesional. Antes era bombero forestal y trabajaba en la brigada aerotransportada Brif, pero surgió la oportunidad de trabajar de camionero en la empresa de Aguas de Cabreiroá”.
Manu y su familia residen en el mismo pueblo de Cabreiroá, a pocos metros de la compañía, y su suegro, que lleva toda su existencia en el mundo del transporte y actualmente ofrece sus servicios a Aguas de Cabreiroá, fue el detonante para que Manu diera el giro que esperaba.
“Empecé a trabajar con él y al poco tiempo me puse de autónomo para trabajar con mi propio camión. Por suerte, no tuve que sacarme el carnet, ya que cuando estaba en la brigada de bomberos era necesario que lo tuviera”. Manu empezó con un Iveco Stralis 480 de 2004, luego un Iveco Hi- Way 460 y finalmente el camión que veis en estas páginas, un Iveco S- Way 570.
Un coloso de la carretera al que Manu ha puesto más empeño en decorarlo y ponerlo a su gusto que ningún otro. “Ya había tenido dos Iveco antes y nunca me defraudaron, así que decidí seguir con la misma marca. Además, dejando de lado que Iveco ha conseguido hacer un camión con una línea muy atractiva, tomé ideas de preparaciones italianas para personalizarlo un poco y aquí está el resultado”.
De entre las personalizaciones destacan “los muñecos de Michelin, el cajón led en el que hay dibujadas dos caretas de cigarrón, muy típico del carnaval de Verín y precisamente son las que llevo yo durante las fiestas, y mi nombre. Aparte le puse unos embellecedores de acero inoxidable que pedí de Italia y las bocinas de Holanda. Hice el encargo el año pasado en plena pandemia, no tenía muy claro si finalmente llegarían a mis manos (risas)”. Todo para darle un toque chulo al camión.
Así pues, Manu y su deslumbrante Iveco reparten salud por toda la geografía nacional. “Actualmente, me dedico únicamente al transporte nacional, principalmente por las cuatro provincias de Galicia, distribuyendo el agua en las distintas delegaciones que tiene la empresa y clientes de Aguas de Cabreiroá o de Estrella Galicia, que son del mismo grupo. También reparto todas las semanas agua por toda España, desde Barcelona hasta Lepe, Bilbao o en la zona centro de Madrid”.
Y es aquí, en los largos viajes, cuando Manu se muestra muy satisfecho de su Iveco S- Way 570. “Con anterior camión, un Iveco de 11 litros y 460 CV Euro 6, no había manera de bajar de los 37 litros a los 100 km, mientras que, con este, que tiene un motor de 13 litros de 570 CV, el consumo de combustible está por debajo de los 31 litros; y tal y como está el gasoil últimamente es mucho dinero a final de mes”.
Pero lo que más nos fascinó de Manu fue su plan de trabajo, ya que siempre intenta sacar tiempo libre para practicar lo que más le apasiona: la bici de carretera.
Con la bici a todas partes
Nuestro protagonista suele madrugar para intentar sacar el máximo tiempo libre posible. Cuando el viaje es por Galicia, Manu intenta aprovechar el día llegando antes a casa para estar con los suyos; su chaval, Sergio, de seis años, lo espera ansioso para que le cuente sus últimas aventuras con el camión; pero cuando la ruta se aventura más allá de su tierra, aprovecha el madrugón para tener un par de horas y montar en su bici de montaña.
“Siempre que puedo intento cogerla para hacer un poco de deporte. Normalmente, planifico el viaje a través de distintas aplicaciones para ver dónde puedo parar y montar en bici, mayoritariamente en gasolineras, áreas de servicio o polígonos que tienen rutas condicionadas para ello”.
La bici y el equipo lo tiene a mano dentro de la cabina, y por la velocidad que la monta y se cambia de ropa damos fe que Manu es un hombre que no pierde oportunidad para ponerse en forma.
“Cuando trabajaba de bombero forestal hacía mucho deporte y el cambio al camión fue muy drástico. Si te dejas llevar por la rutina, no haces más que estar sentado, dormir y comer, por lo que era necesario no perder los buenos hábitos. Muchos camioneros se cuidan y siempre intentan mantenerse saludables, incluso solo haciendo largas caminatas”.