Una primera señal clara de que estamos ante una oposición transparente para ingresar en esta cooperativa de transportes es que para empezar a transitar en ella el expediente propio ha de relucir.
Donde a otras les bastaría y sobraría con un aporte económico inicial, COTRAT añade tres condiciones indispensables: el candidato a socio ha de ser propietario de su vehículo y poseer la tarjeta de transportes y el título de capacitación.
Que alguien empiece por no ofrecerte duros a cuatro pesetas es algo muy saludable en estos delicados tiempos del transporte por carretera, en los que más que nunca no basta con ser bueno y honrado, sino que también hay que parecerlo.
Cumplidas estas premisas, la batería de ventajas para un profesional del transporte adscrito a COTRAT son múltiples, variadas y todas de agradecer.
El primer buen indicio para el bolsillo del camionero es que en las instalaciones de esta cooperativa se cuenta con un poste propio de gasóleo y lubricante, con los precios más económicos de la zona.
Por otra parte, en sus oficinas se gestionan los seguros de mercancías y circulación en la modalidad de flota, así como el seguro colectivo de retirada de carnet, de vida y accidentes, o el de responsabilidad civil.
También se gestionan desde las dependencias de COTRAT posibles compras conjuntas de vehículos y demás elementos de transporte, con el consiguiente asesoramiento financiero para cada caso.
El personal adscrito a esta cooperativa agradece mucho también la gestión colectiva de tarjetas de autopista y combustible, de telefonía móvil, o de la inscripción a cursos de materias peligrosas y de capacitación profesional.
Tal y como nos asegura David Blade, actual presidente de la cooperativa tortosina, el secreto está en tener siempre a punto los deberes.
“Los socios exponen, disponen y luego acatan. Somos más de un centenar y nos reunimos en junta rectora una vez al mes, siempre que no haya algún tema urgente que haya que acometer de inmediato.
Tanteamos el terreno sin descanso y nunca –asegura con semblante de creer firmemente en lo que dice– pasamos por alto ni hacemos oídos sordos a una queja de un socio o un cliente, por mínima que ésta sea”.
Medio siglo de historia
Las cooperativas no nacieron ayer, y mucho menos COTRAT, cuyo fondo de un cálido amarillo empezó a perfilarse en el horizonte rutero el 18 de noviembre de 1963, fecha en la que la reunión de 17 socios fundadores puso las bases de lo que meses después se constituiría como cooperativa de servicios, cuyos estatutos quedarían aprobados por parte del Ministerio de Trabajo.
Los aspectos internos de esta sociedad han ido adaptándose a los tiempos, como no puede ser de otra manera si se aspira a sobrevivir y evolucionar, pero la fórmula que siempre ha permanecido intacta es que la asamblea de socios tenga la primera y la última palabra en la toma de decisiones.
Entrar a la cooperativa requiere una aportación inicial, a fondo perdido, de no menos de 6.000 euros, pero ello supone el equiparar de inmediato tus derechos a los de aquellos que llevan muchos años en la asociación…
“Y os puedo asegurar que tales derechos son muchos y merecen la pena –es ahora Mario Chaverri, gerente de COTRAT, el que habla–, pues el estar en un mismo plano de actuación es lo que nos ha dado un margen suficiente para afrontar una crisis tan larga como ésta.
El que entra aquí –continúa Chaverri– sabe que somos transparentes a la hora de actuar, y que nunca nos vamos a ofrecer en montaje alguno para facilitar que gente sin tarjeta pueda trabajar. Los títulos son sagrados, pero a la hora de ayudar al socio en el caso, por ejemplo, de un siniestro, la cooperativa se pone al frente y asume el gasto si es culpa de un tercero y hay que hacer un peritaje.
Si el accidente sea responsabilidad del asociado, los baremos aplicados se deciden en la junta general, pero la idea es que éste siempre se sienta protegido y siga en la cooperativa”.
Al paraguas de estas diáfanas propuestas, la áurea flota de COTRAT la componen a día de hoy unos 140 vehículos, propiedad de los socios.
Los hay, como puede verse a través de las imágenes que ilustran nuestro reportaje, de todos los pelajes, de tonos rubios en este caso: rígidos y trailers con lona (tauliner y semitauliner) o remolque, frigolonas, cajas frigoríficas, cubas alimenticias o de cemento, hormigoneras, semirremolque basculante, mercancía ADR… en fin, de todo (salvo explosivos y líquidos inflamables) y en dirección a cualquier enclave, sea regional, nacional o internacional.
Aunque el único requisito obligatorio es el de ser propietario de tu camión, el perfil de un socio de COTRAT suele responder al de un profesional del transporte que ronda los 50 años; quizá por aquello de que a cierta edad uno se deja menos seducir por los cantos de sirena.
“Los cobros a 120 días son la sentencia de muchos autónomos, y aquí los cumplimentamos a 30 días. Antes –continúa el presidente, Blade– se trabajaba más con estocaje, mientras que ahora impera en el sector una política de tierra quemada.
No obstante –asegura este hombre que lleva más de 20 años en COTRAT–, el estar asociado te permite poner sobre la mesa ciertas condiciones, y por suerte siempre habrá clientes que no sólo miren el precio, sino también el servicio, dentro de un concepto más integral”.
Calidad en la entrega
La diversificación antes mencionada obra de forma muy positiva entre los miembros de esta cooperativa, que prácticamente en un 90 % de sus portes internacionales a Francia, Bélgica, Italia o Alemania tienen la posibilidad de venir con carga de vuelta.
Los 30.000 m2 de instalaciones disponibles en el polígono industrial Baix Ebre cuentan con una amplísima zona de aparcamiento y servicios de restauración y repostaje. Una nave de 2.200 m2 permite a su vez mantener una oferta de logística y transporte para todo tipo de empresas, facilitando el almacenaje de productos.
El número de socios fluctúa, y además de las cuatro comarcas de l’Ebre (Tarragona), también hay algunos representantes de zonas como el Bajo Aragón o Castellón.
“En la actualidad –hace el gesto de recordar el gerente de esta asociación– somos unos 130 asociados, y no me cabe duda de que la cifra irá en aumento, pues muchos clientes ya no quieren atarse a agencias determinadas, y el trabajar con un autónomo con el sello COTRAT se tiene por muy bien considerado”.
Y ya que tenemos a Mario Chaverri jugando en el terreno de los vaticinios, éste no elude nuestra pregunta cuando le pedimos, a medio camino de un “off de record”, que nos haga un análisis del futuro que está por venir para el transporte por carretera.
“Hombre… – se toma su tiempo–, por la cantidad de seminarios en los que me ha tocado estar y mi experiencia en otros ámbitos de la gerencia, yo diría que en un par de años saldremos de la crisis, pero me huele que el escenario que vamos a tener enfrente será totalmente distinto.
En el ámbito del transporte, el camión es insustituible por su rapidez, pero en larga ruta se supone que tendrá que ir confluyendo con un transporte intermodal. Eso sí, ya difícilmente pueden hacerse proyectos de año en año, sino que hay que ir día a día”.
Blade, que es socio de esta cooperativa desde que tenía 21 añitos, ve un camino claro para salir adelante: “La solución sólo puede pasar por regular la competencia desleal, porque en España hay muy buenos profesionales, pero si hay gente que trabaja sin tarjeta y sin seguros, amigo, no tenemos nada que hacer.
El gasoil y las autopistas se nos llevan la mitad de la facturación, así que no puede ser que unos llevemos los papeles de la A a la Z y otros circulen de cualquier manera, autorrobándose incluso el gasoil y las ruedas, en casos de los que yo he tenido constancia. En COTRAT –afirma solemnemente David–, eso es imposible que pase, pues al tener que entrar en ella con una aportación, los derechos y las obligaciones están muy blindados, y esto marca una línea.
Si el cargador mira sólo precios, es difícil ganar esa batalla, porque en cuanto la mercancía sale por la puerta ya no hay control.
Si lo que se busca es la calidad y que la mercancía llegue perfecta, poco a poco podemos ir arrinconando a esas agencias que sólo juegan a especular con el transporte. De esa manera no sólo se pueden ir aumentando los márgenes, que es lo más urgente, sino que también se irán renovando los parques con vehículo nuevo, y de eso las marcas de camiones también resultarían beneficiadas”.
Con gente como David o Mario se aprende más en tres horas que en sesudos encuentros en organismos oficiales en tres meses. Da gusto ver cómo se escuchan el uno al otro, se compenetran en el discurso y hasta ríen juntos en harmónica complicidad, porque, y eso se nota, saben de lo que hablan. Son entendidos en un mundo de enterados.
hola ofrecco 18500 eureos por una tarjeta de transportes MDP autonomo