Pues resulta que el Gobierno autonómico catalán, el mismo que preside Artur Mas, ese personaje que posa ante las cámaras con aires kenedianos o mesiánicos, va a aplicar en el mismo instante que pueda un peaje para camiones en el Eix Transversal, vía que se conoce también como C-25. Esta autovía es muy atractiva para los camiones de tránsito internacional que parten desde Madrid, pasando por Guadalajara, Zaragoza y provincia de Lleida, ya que, a su paso por Cervera, toman el Eix con destino a Girona y La Jonquera sin necesidad de acercarse a Barcelona.
Ahora mismo el responsable de Territori i Sostenibilitat reconoce que ya se está preparando el preceptivo informe que se presentará en Bruselas, un paso previo que exige la Unión Europea para aprobar la aplicación de la euroviñeta, peaje, peaje a la sombra o ese supuesto impuesto revolucionario, que nos decía el otro día un indignado lector a pie del surtidor. Lo dejamos ahí, como ustedes prefieran denominarlo. Este nuevo arbitrio seguro que a más de uno recordará aquello que hacían, no en tiempos tan pretéritos, aquellos tipos que luego convocaban ruedas de prensa tocados con txapela y pasamontañas.
Desde el norte del Ebro, el Gobierno autónomo trata de convencer desde hace meses de que el Ministerio de Fomento aplique ese impuesto denominado euroviñeta en las vías y autovías de su propia competencia. Pero esa propuesta esconde dos caras bien diferentes. Por un lado se quiere lijar el agravio comparativo que supone que en tierras catalanas se pague hasta en un 50 % en la red de comunicación vial, mientras que en el resto peninsular sólo se haga en un 19 %.
Si Fomento accede a la aplicación en el Eix Transversal, llegaría antes de finales de 2013, que es para cuando está previsto el nuevo tributo rutero. Por el momento hasta la mismísima titular del ministerio, Ana Pastor, ha repetido en varias ocasiones que esa carpeta “no está sobre la mesa, porque perjudicaría todavía más al ya de por sí castigado sector del transporte”. Pero no le hagan caso ni cantemos victoria, porque esas palabras quedan muy bien de cara a la galería, y también para frenar esas ansias recaudatorias que corren por aquí. Pensemos que en el momento en que a la ministra le interese hará como Guzmán el Bueno, que ofrecerá su propia daga para que nos asesten las puñaladas que haga falta. No les quepa la menor duda.
Aquí, hace sesenta años, se estrenó la primera autopista de peaje en la que aún hoy día se sigue pagando. Ahora, con lo que prepara el Govern, tenemos todos los puntos para ser de nuevo conejillos de indias con la “euroviñeta catalana”. Con las cosas de este modo, resulta totalmente normal y justificado que en el sector del transporte hayan sonado todas las alarmas, ya que sólo faltaba esta asunción de nuevos costes en plena crisis sin que éstos se puedan trasladar de modo alguno a los clientes. ¡Transporta y revienta!