El X-Truck Evasions son los sueños consumados de esta pareja francesa, Sylvia y Fréderic Boureau. En él han invertido imaginación, talento, tiempo y, por supuesto, dinero. Un proyecto en el que convergen un sinfín de inquietudes, entrelazadas con un cambio radical de vida, para reencontrarse con la gente.
Con aquella gente auténtica, para la que el día a día es una lucha diaria por la subsistencia. Porque lejos de los países vinculados a conflictos bélicos, también hay otros que están en paz, pero en los que los recursos naturales o artificiales son limitados, y en los que sobrevivir también requiere de valentía y una cierta actitud positiva.

Pues de eso va esta aventura de esta fisioterapeuta y este gerente, que han decidido dar este giro a sus vidas, en el que también han vinculado una asociación de labor humanitaria, Les P’tits Crayons Voyageurs, que casa a la perfección con el objetivo y espíritu de la pareja. Recoger y compartir los dibujos de los niños de las poblaciones por las que pasan para que niños distintos lugares plasmen las diversas visiones del mundo en función de donde están viviendo.
Así es el proyecto
Por seguir una cronología, en 2016 tuvieron la idea, que empezaron a construir en 2017 y terminaron en febrero de 2018. La cosa iba en serio y tenía forma de camión autocaravana. Un vehículo que les permitiría viajar durante semanas y semanas sin necesidades. El reto final para este ambicioso proyecto: recorrer el mundo de forma ininterrumpida y sin ruta prefijada. Aunque por el momento, tras la finalización del Renault Trucks K 380, y con la primera prueba de fuego superada, dos meses recorriendo el Atlas, en Marruecos, sin avería alguna, el camión llega a nuestro país con la imponente estampa que vemos en las imágenes.

En concreto, un Renault Trucks K 380, en versión 4×4, con una célula de vivienda en la que nada se ha dejado al azar. El carrocero francés, especialista en adaptaciones de vehículos de emergencia, que ha realizado la transformación de Kingston, como han bautizado al camión, no ha omitido detalle alguno, bajo las directrices de la pareja. “Kingston era el nombre de nuestro caballo, y ahora se lo hemos querido poner a nuestro camión” explica Sylvia.
El habitáculo está provisto de placas solares para autoabastecerse de suministro eléctrico, que ofrece una autonomía de aproximadamente tres semanas. Para entrar a la zona vivienda se ha provisto de una escalera, pues con la suspensión elevada el vehículo cuenta con una altura total de cuatro metros; “para el próximo proyecto, que ya tenemos en mente, aunque de este estamos muy orgullosos, desde la cabina se podrá acceder al habitáculo”, puntualiza Fred mientras monta la escalera.

Una vez nos descalzamos para no estropear el parquet, entramos en el interior de la célula vivienda, en el que la calefacción central se irradia por todo el habitáculo. Estamos en una verdadera minivivienda a la que no le echamos detalle en falta. Las mosquiteras vienen complementadas con el aislamiento de ruido y luz, mientras que desde el interior también podemos controlar todo lo que sucede alrededor del camión con el sistema de cámaras que viene montado, como por ejemplo, la cámara que alberga el rombo de Renault en la parte delantera del camión.

En la parte trasera, la pareja viaja con una moto para pequeños desplazamientos una vez afincado el campamento base; “en el siguiente camión reemplazaremos la moto, por una bicicleta eléctrica”, concluyen Sylvia y Fred, a quienes les deseamos suerte en todos los proyectos o sueños, presentes y futuros.