Retrocedemos en el tiempo para recordar uno de los vehículos militares más significativos durante la segunda guerra mundial. Se trata de este Katyusha que la Unión Soviética empleaba como los primeros lanzacohetes múltiples. Aunque el kit viene como tal, hemos querido transformarlo para darle una utilidad más civil, dedicado al transporte de troncos. Esto precisamente es lo que más nos gusta del modelismo, que a pesar de que el fabricante de la maqueta se ciña al uso del modelo original, nosotros, con imaginación y algunos retoques, sumados a elementos de fabricación propia, podemos realizar la transformación que más nos plazca, como la explotación forestal en este caso.
Para comenzar, iniciaremos el montaje tal y como nos indica el constructor y como solemos hacerlo en esta sección, con el montaje del chasis. Las piezas 1 y 14 formarán los largueros, mientras que las piezas 10, 9, 8, 7, 3, 4, 12, 5, 2 y 11 serán los travesaños.
Nos ponemos al lío
Una vez armada la estructura, es el momento de colocar las ballestas traseras, los ejes traseros motrices, las cajas de las baterías y el depósito de gasolina. Para continuar con las transmisiones, que vienen tan desglosadas, deberemos montar por un lado las transmisiones y por otro las crucetas, para proseguir con la caja transfer y los sistemas de frenos traseros, etc.
El eje delantero es motriz y directriz, así que montamos primero los tambores de los frenos, las manguetas, los palieres, la barra estabilizadora y las ballestas, que realizarán la función de anclajes al chasis. Una vez terminada toda la base, lo pintaremos en negro satinado.
La cabina está formada por un fondo, una trasera, las puertas y los costados del morro. Una vez armada la pintaremos en un tono azul claro mate. La caja de carga consta de un fondo y un frente que nos sirve al mismo tiempo para proteger la cabina de posibles golpes, junto a dos palitos de Chupa Chups, que harán de tope de la carga. En total a la zona de carga le colocaremos cuatro de estos bastoncitos, que pintaremos en un color madera.
Una vez tenemos todo el kit convenientemente pintado: chasis, cabina, caja de carga, llantas y demás elementos, lo reservamos durante 24 horas para que seque todo bien, antes de colocar los cristales, las ruedas, los faros, etc. Hasta aquí, exceptuando los palitos de Chupa Chups traseros, habríamos seguido las instrucciones del fabricante, y ahora sería el turno de la cosecha propia.
Ensuciamos convenientemente la maqueta, esta vez con pinturas al óleo aplicadas con el pincel. Para la cabina empleamos tierra siena tostada con unas pinceladas de humbrol en color marrón, mezclado a partes iguales con rojo mate; de este modo, daremos fondo a los relieves y aclararemos las luces para dar profundidad a los vértices. Para la parte del motor, la pintura negra mate que habíamos aplicado; las luces las sacamos a base de color metalizado, ojo que no es lo mismo que plateado. En la caja de carga marrón aplicamos distintas combinaciones entre negro y marrón y negro y aluminio. En cuanto al chasis, negro, marrón claro y oscuro, gris y azul.
Con todo ello lograremos darle un aspecto sucio y rudo, como si hubiera estado varios años trabajando duramente a la intemperie, sufriendo las inclemencias propias de un bosque.
Más trucos
Para realizar las cadenas delanteras, hemos empleado piezas de bisutería, aunque hemos tenido que quitarle el brillo que llevaban de la siguiente forma: pintar de negro mate con la cadena estirada sobre la mesa y luego, sacarle las luces con la técnica del pincel seco, mediante frotados de color aluminio. De esta forma, lograremos el resultado que veis en la imagen.