Como el resto de sus competidores, el Fiat Fullback se encuentra disponible con dos estructuras de carrocerías. La que se conoce como cabina extendida o la denominada doble cabina. En el primero de los casos reúne condiciones para el acomodo de cuatro pasajeros, aunque las plazas posteriores resultan más bien un tanto testimoniales, o para recorridos urbanos o reducidos. Cuenta únicamente con dos puertas de acceso.
Por el contrario, la versión de cinco ocupantes (que tiene cuatro puertas) los aloja cómoda y perfectamente, con las clásicas contraindicaciones que tienen estos vehículos al hallarse el respaldo del asiento posterior hipotecado por la verticalidad del mismo. Una vertical que viene marcada por la pared de la caja de carga contra la que el diseño del interior nada puede solucionar.
De cualquier modo, como decíamos, tres pasajeros pueden desplazarse bien y con el espacio suficiente para las piernas. La batalla de los dos formatos de carrocería es la misma, tres metros. Para los más puristas de las medidas, subrayar que la longitud total varía un centímetro, siendo más corta de la cabina simple. Ese centímetro lo gana la versión doble cabina para el espacio de los pies en las plazas traseras.
En ambas versiones también existe una diferencia más notable en la longitud total del espacio de la caja de carga de hasta 33 centímetros. Las dimensiones del Fullback Doble Cabina son de 1.520 mm de largo por 1.470 mm de ancho. El modelo de cabina extendida posee una longitud de 1.850 por la misma anchura que la versión doble: 1.470mm.
Motores gemelos
En su pick-up, Fiat Professional ofrece las mismas motorizaciones que el fabricante Mitsubishi (el socio en este segmento de vehículos) instala en origen en su propio L200. Se trata del bloque motor turbodiésel de 2.442 centímetros cúbicos, alimentado por la inyección directa common rail y sobrealimentado por turbocompresor. Está disponible con dos escalones de potencia: 180 y 150 CV.
En nuestro caso hemos tenido acceso a la versión más potente. Es una mecánica solvente, ya ampliamente experimentada en el modelo L200 de Mitsubishi, que gestiona con eficacia y soltura toda la masa del Fullback, un vehículo que se acerca a la tonelada y media de tara. Pensemos también que nos hallamos ante un modelo industrial homologado para transportar una tonelada de peso a sus espaldas y al mismo tiempo capaz de arrastrar 3.100 kg en un remolque capacitado para tales efectos. Si lo utilizamos como vehículo de trabajo, no vamos a tener problema alguno en mover las cifras homologadas por el fabricante.
Sin embargo, en un uso como turismo familiar o para hobby y tiempo libre hemos de tener muy presente dos aspectos. Por un lado, que se trata de una camioneta homologada para carga, debido a su espacio posterior configurado estructuralmente como caja abierta.
Ambos motores se complementan con una caja de cambios que de serie es manual y de seis velocidades. Se puede solicitar la automática con convertidor de par y cinco relaciones, pero ya es una opción más. La manual que nosotros hemos probado tiene un accionamiento muy suave y es de cambios rápidos. Las suspensiones son ya conocidas en este tipo de vehículos cuyo eje posterior es el clásico rígido con ballestas.
El Fullback de Fiat es un comercial de origen japonés que viene produciéndose en la planta que Mitsubishi posee en Tailandia, debidamente adaptado y personalizado por los estilistas e interioristas italianos a las exigencias de la marca de Turín.