Las transformaciones «hot rod» o «rat rod», realizadas a partir de camiones clásicos, son siempre un espectáculo garantizado. Pero si además, las ponemos en un circuito para que demuestren su poderío con motores V8 sobrealimentados… No hay más que decir.
Esto precisamente es lo que se hace en el Sydney Dragway, un circuito donde llevar al límite todo tipo de vehículos y conductores. Pasen y vean señores.