El que conoce la región, ya sea de paso o porque viva en ella, sabe de buena tinta que no puede ir a la comarca de La Garrotxa y no quedar prendado de esta bella región volcánica. Quizás precisamente sea ese el encanto que de la tierra emana hacia sus habitantes y hace de estos unos anfitriones de excepción. O quizás porque saben que la conquista de uno comienza por su estómago. A ciencia cierta, nosotros no lo sabemos, pero lo que sí nos quedó claro es que la concentración de camiones de Olot, con motivo de la celebración de San Cristóbal, se ha consolidado como una cita ineludible. Una reunión que sumaba su cuarta edición y que se colgó el cartel de éxito rotundo.
¡Dum dum dum!
Así despertaban los habitantes de Olot, al ritmo de los timbales de la docena de chavales que forman la agrupación Dumdumdum.net, en la que pudimos adivinar un timbalero muy especial, que tampoco se pierde ninguna concentración de camiones, Manu Maza júnior, y que un padre orgulloso, Manu (padre), reconocía con sonrisa satisfecha: “Cuando se organiza algo, todos debemos aportar nuestro granito de arena”. Y no era para menos, los timbaleros despertaron al personal con sus distintos ritmos y daban paso al resto de las actividades programadas durante la jornada. Un desayuno de cuchillo y tenedor, con carne y butifarras de la zona, también recaló hondo en los conductores de los 100 camiones que allí se agrupaban. Flotas completas de los alrededores como Planellas i Juanola, Logística Font i Fills, Barret, Transports Grabulosa, Manu Maza, Bruguitrans, Jordi Ros, la familia Vilardell, Estapé, J. Prada, así como muchas empresas y autónomos más, disfrutaron de un día de celebración, sin motivos y sin ganas de malestares ni desavenencias entre colegas, amigos o compañeros. Un día para el disfrute y el buen rollo, en compañía de la familia y los allegados.
Calentando motores
Por si alguno todavía no se había enterado en Olot de que se celebraba una concentración de camiones, tras los chavales llegaron los concursos entre los vehículos asistentes. Retos muy especiales entre bocinas y el rugir de los motores. Lógicamente los Scania V8 no faltaron al último desafío, pues a los hermanos Vilardell, siempre dispuestos, les faltó tiempo para subirse a la cabina de los dos Scania y pisar a fondo para dejar oír los caballos contenidos en los potentes motores. Brugui y Estapé, con sus respectivos camiones suecos, hicieron lo propio, pero un Jordi Ros al volante de su Mercedes-Benz Actros recogió el pañuelo y tampoco se arrugó delante del numeroso grupo Scania.
En el escenario se entregaron los regalos de los números afortunados de la rifa, que las manos inocentes de los más pequeños extrajeron de un saco. Mientras en el interior, a salvo del sol de justicia, RC Colomers y los niños se divertían, en sus respectivas zonas. Se dio paso a la bendición de San Cristóbal y San Roque a los vehículos que ya se enfilaban para iniciar el desfile por las calles del centro de Olot e ir a comer todos juntos.
En esta convocatoria se incluyó a los actos del día, que terminaban tras la comida de hermandad, una exhibición nocturna de los camiones en la plaza Clarà. El broche para poner fin a una extensa jornada de doce horas de celebración non-stop.