El tacógrafo fue un invento que se le atribuye a Christian Phillip Maximilian Maria von Weber, más conocido como Max Maria von Weber, un ingeniero ferroviario nacido en Dresde en 1822.

El compromiso con la seguridad en el trabajo, llevaron a Max a ingeniar un aparato que midiese la velocidad de las locomotoras, así como otros logros para el sistema ferroviario alemán como la primera curvadora de carriles o la introducción de cabinas cubiertas para los conductores de las locomotoras, entre otros.
Tras ese inicio, las compañías relojeras fueron los máximos fabricantes de tacógrafos, ya que el dispositivo centraba el registro de la velocidad con respecto a la distancia recorrida con relación al tiempo real. De ahí, que los primeros tacógrafos tuvieran aspecto y forma muy similar a los relojes.
En España, la primera normativa que regulaba la implantación del tacógrafo en el sector del transporte por carretera eran los Reglamentos 3820/85 y 3821/85, en los que quedaría resuelto su obligatoriedad de uso en camiones de más de 3,5 toneladas y autobuses de más de nueve ocupantes a partir de 1986, así como en el resto de los países de la Comunidad Europea de entonces.
Se trataban de unos aparatos de control analógicos, mecánicos o electrónicos que tenían como misión indicar y registrar de manera automática o semiautomática, datos como la velocidad, distancia, así como tiempos de actividad y descanso de los conductores. Estos tacógrafos analógicos sobrescribían con estiletes en los discos diagrama que se registraban por presión.
En estos discos que tenían una duración de 24 horas debían constar el tiempo; de conducción, descanso, disponibilidad y trabajo distinto a la conducción. Además de la velocidad del vehículo, la distancia recorrida y las aperturas del tacógrafo. De forma manual, el conductor debía poner su nombre y apellido, lugar y fecha de inicio, matrícula del vehículo y los kilómetros que figuraban en el cuentakilómetros.
Los años fueron pasando y el tacógrafo analógico envejeció. La tecnología evolucionaba a pasos de gigante, y con apenas 20 años desde su implantación, la orden FOM/1190/2005 sentaría las bases regulatorias para la implantación del tacógrafo digital en nuestro país, así como en la Unión Europea en 2006.
Aunque en 2006 se iniciase la integración de las primeras unidades digitales, y debido al envejecimiento del parque de vehículos industriales, hoy en día todavía hay camiones que emplean un tacógrafo analógico. De hecho, la Unión Europea, ha establecido diciembre de 2024 como fecha límite para estos dispositivos y para finalizar la transición al tacógrafo digital inteligente implantado en junio de 2019 en vehículos nuevos.
Un dispositivo que ha evolucionado con el tiempo y que pretende contribuir a la seguridad de los conductores profesionales y a la de nuestras carreteras, en general.