Carlos, Rafael, Jorge y José María dan la batalla todos los días. Son hermanos y cada uno tiene su rol en esta empresa especializada en el transporte de animales vivos y otros ámbitos de la carga general.
El nacimiento de este río transportista, cuya corriente fluvial está formada en la actualidad por 25 camiones y una veintena de jaulas, hay que buscarlo en Consuelo y Agustín, sus padres, que levantaron una granja con cuatro animales, un camioncillo, un pequeño matadero, una carnicería y muchas horas de trabajo.
El caudal Vivar no ha dejado de crecer desde aquel entonces, hasta conformar un equipo que en la actualidad supera los cuarenta chóferes, pero sin que por ello el matiz de empresa familiar se haya aguado en absoluto, empujado además por el hecho de que tres hijos-sobrinos, como son David, Rafael y Cristian, forman también parte de la savia Vivar más nueva.
“Cualquier chófer al que le preguntes – nos dice precisamente Cristian – te dirá que se siente prácticamente como parte de la familia. Cada uno tiene asignado su camión, con televisión, extras y todas las comodidades, porque esa es la mejor manera de sentirlo suyo y que lo cuide con la mayor excelencia.
Scania, Man y Mercedes son las marcas con las que vamos jugando. Además de las casi veinte jaulas para el animal vivo –prosigue–, disponemos de cinco tauliner para transporte nacional e internacional”.
La jaula más vieja de Hermanos Vivar difícilmente llega a los cinco años. En el transporte de ganado porcino, ovino y vacuno, cuya importancia económica es trascendental en un país como el nuestro, el bienestar animal se tiene en cuenta al detalle.
“¿Que si eso nos preocupa? –nos responde Cristian–, te puedo asegurar que es al revés. Antes que empresarios o ganaderos, somos ciudadanos consumidores. De tener la última tecnología en nuestras jaulas hacemos bandera, porque al fin y al cabo este tipo de transporte, siempre que cumplas una reglamentación determinada, es como casi todo en esta vida; se puede hacer tipo menú o a la carta”.
Que Vivar ofrece un servicio a la carta no alberga duda alguna. Sus jaulas, de procedencia italiana, cuentan con sensores de temperatura, localizadores GPS, ventiladores, radiadores, bebederos y duchas para que el ganado se refresque. Evitar cualquier tipo de estrés al animal es hoy en día lo más relevante en el ámbito del transporte de animales, que se lleva a cabo por carretera en más de su 90 %.
Transportistas, mataderos, mercados y todo tipo de intermediarios se han conjurado en unas condiciones de transporte que ahora ya resultan innegociables. Después de cada porte, el lavado y desinfectado del vehículo es minucioso.
Vivar cuenta con instalaciones en la localidad de Cavia y en Burgos capital, donde todas estas operaciones son llevadas a cabo por personal debidamente capacitado. La firma Campofrío, con sede en esta provincia castellana, es uno de sus principales clientes.
“Jaulas como las nuestras se ven pocas. Nuestro propósito –concluye Cristian– es seguir creciendo. Superamos la crisis de hace unos años, como ahora lo haremos con la del coronavirus, cuya incidencia es lógico que al final también salpique en lo que respecta a la exportación.
Pero con cabeza, el superar cualquier circunstancia al final te hace más fuerte”.
