Hay marcas que siguen siendo escépticos con la electrificación. Un ejemplo es Toyota. La marca nipona ha asegurado en varias ocasiones que apostará por el vehículo eléctrico cuando el público lo demande con fuerza. No obstante, ahora Toyota invertirá más de 13 mil millones de dólares en el desarrollo de baterías hasta 2030.
Se trata de una importante inversión para lograr lo antes posible baterías de estado sólido. Servirá para adelantar y facilitar el desarrollo de baterías de iones de litio de próxima generación.
Toyota quería dar el salto directamente a usar baterías de estado sólido o vehículos de hidrógeno y no hacer la transición a las baterías actuales que montan los coches eléctricos. Sin embargo, el desarrollo de esta tecnología está en su fase inicial. El fabricante japonés no ha tenido otra alternativa que lanzar también sus propios coches 100% eléctricos.
Parece algo obvio en el resto de fabricantes. Toyota, en cambio, tiene previsto que ambas tecnologías (híbrida y eléctrica) convivan más que se den relevo.
Las baterías de iones de litio seguirán siendo una fuerte baza. Esta inversión tiene como objetivo mejorar la fiabilidad y las prestaciones, así como los costes para la propia marca de la próxima generación de baterías de iones de litio.
«Nos estamos centrando en la seguridad, en una vida útil prolongada y una calidad de alto nivel para producir baterías buenas, de bajo coste y de alto rendimiento. Lo que más valora Toyota es desarrollar baterías que sus clientes puedan usar con tranquilidad», comentó Masahiko Maeda, director de tecnología de Toyota.
«Suponemos que superaremos los 180 GWh en baterías que estamos considerando actualmente. Prepararemos 200 GWh en baterías o más si la difusión de los BEV es más rápida de lo esperado», señaló Maeda.
A pesar de que sus ventas en vehículos híbridos siguen siendo muy buenas, se espera que, a partir de 2022, Toyota mejore su oferta de coches eléctricos puros.