El transporte de distribución, reparto urbano o mensajería urgente debe satisfacer una serie de expectativas elevadas. A este tipo de vehículos se le exigen unos requisitos que son totalmente imprescindibles para cumplir su cometido diario. En una zona de densa aglomeración urbana, su motor debe ser lo más silencioso posible y, al mismo tiempo, de bajas emisiones.
Sin ningún lugar a dudas, nos encontramos ante una herramienta rentable, eficaz a todas luces. Cuenta con una cabina excepcional, en cuanto a espacio, habitabilidad, ergonomía, o confort en orden de marcha. Es ahorrativa y respetuosa con el medio ambiente o nuestro entorno. Sin embargo, no hay que darle demasiadas vueltas para conocer dónde se halla el gran enigma.
El Sprinter no cambia el gesto sea cual sea el cuadro escénico que nos depare la ruta. Hemos recorrido los heterogéneos 865 kilómetros que separan Felechosa (Asturias) de Cornellá (Barcelona), y así lo hemos podido constatar.
Como un excelente servicio público, el Pony Express fue una empresa pionera, cuyas gestas marcaron una época en el transporte. No cabe duda alguna. Algo muy similar sucede con el Mercedes-Benz Sprinter con el que arrancamos una prueba de larga duración.
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