El plantel museístico de Pedro Aguilera: ¡Menudo tesoro!
Si uno cierra los ojos y se rinde a la fascinación de las anécdotas contadas por este hombre, que camina entre vehículos plenos de glamour, la memoria se torna tecnicolor.
Si uno cierra los ojos y se rinde a la fascinación de las anécdotas contadas por este hombre, que camina entre vehículos plenos de glamour, la memoria se torna tecnicolor.