En respuesta a la solicitud planteada por Fenadismer, el próximo martes 11 de febrero el Director General de Tráfico se reunirá con las asociaciones del sector para analizar las restricciones a camiones aprobadas para este año 2020 que han ocasionado más malestar en el sector del transporte por carretera.
Dichas restricciones se consideraran en algunos casos «absolutamente desproporcionadas al priorizar los intereses de los conductores particulares sin tener en cuenta el carácter esencial de la actividad que desarrollan los transportistas para el resto de actividades económicas de nuestro país», apunta la federación.
De esta forma, entre las restricciones más polémicas que Fenadismer solicitará renegociar a la DGT, destaca la nueva prohibición a la circulación a los camiones que se dirijan desde el centro de la península hacia el País Vasco y la frontera de Irún.
Ésta supone que un importante número de domingos y otros días del año los camiones deberán permanecer retenidos a la altura de Burgos, esto es, a más de 250 kilómetros de la frontera francesa, entre las 16 y las 21 horas.

Esta medida supondrá hacerles perder competitividad en casi la mitad de una jornada diaria, y además originará previsiblemente una congestión de miles de camiones los domingos en las proximidades de la zona de Burgos, sin que existan áreas de estacionamiento y de servicio suficientes para absorber tal incremento de vehículos.
También como novedad, y sin previo aviso ya que no se sometió a consulta preceptiva previa de las asociaciones de transportistas, se ha introducido una nueva restricción por la que se prohíbe la circulación de camiones todos los fines de semana de enero a abril y en diciembre, más otros festivos, en la carretera nacional N-230 en la provincia de Huesca, para facilitar el acceso y retorno de los “esquiadores” a las pistas de esquí de Baqueira y Boi Taull, entre otras.
Asimismo, tras la liberalización de la autopista AP-7 desde Alicante a Tarragona se ha recrudecido el problema de saturación en las áreas de servicio de dicha autopista
Así desde la puesta en marcha de los citados desvíos obligatorios se han venido produciendo gravísimos problemas de sobresaturación e inseguridad vial en las tres únicas áreas de descanso existentes en dicho tramo en la autopista AP-7, en concreto las de Benicarló, La Ribera y Baix Ebre, que entre las tres suman menos de 90 plazas de parking para camiones.
Esto dificulta que los transportistas puedan realizar los descansos que por ley están obligados a hacer cada 4,5 horas.