JAC Motors Iberia se presenta en España y Portugal como el importador oficial en exclusiva de la veterana marca de camiones eléctricos, que en el segmento de los vehículos industriales trabaja desde hace 20 años.
Y lo hace proponiendo el iJAC 7,5T como el vehículo ideal para mejorar la eficiencia, la sostenibilidad y la rentabilidad de las flotas.
JAC Motors, fundada en China en la década de los 60, está participada por el Grupo Volkswagen, y presume de producir más de 300.000 camiones al año, un enorme volumen si consideramos que en España se venden en torno a 20.000 al año.
En una apuesta estratégica con foco en la electrificación, JAC Motors Iberia inició sus operaciones en España a mediados de 2022, generando gran expectativa entre los operadores del sector.
“Nuestro camión de 7,5 toneladas ha sido diseñado explícitamente para solucionar repartos y otros servicios urbanos. En un momento en el que es imprescindible eliminar las emisiones de CO2 y contribuir con nuevas formas de movilidad, nuestra apuesta es revolucionaria”, asegura Marc Oliva, CEO de JAC Motors Iberia.
Con una autonomía superior a los 230 kilómetros, el iJAC 7.5 admite todo tipo de carrozados, desde sencillas cajas de paquetería, volquetes o botelleros hasta grúas, frigoríficos, compactadoras o blindados.
Entre los primeros clientes se encuentran importantes ayuntamientos, multinacionales, y pequeñas o medianas empresas de reparto. “Muchos aún no saben que un camión de estas características ya está operativo en España y Portugal. Pero en las ciudades se están prohibiendo los vehículos contaminantes y nosotros ya tenemos una solución disponible”, continúa Marc Oliva.
Según los cálculos de JAC Motors Iberia, un camión iJAC 7.5 podría suponer en torno a 20 toneladas de CO2 ahorradas al año con respecto a su equivalente de combustión.
La llegada de JAC Motors supone un cambio de paradigma para el sector, con un vehículo sensiblemente más barato que cualquier otro con características similares, y unos plazos de entrega que rondan los tres meses.
Además, estos camiones presentan hasta un 50% menos de mantenimiento, averías e incidencias que los vehículos diésel, lo que tiene una repercusión directa en el TCO (coste total de propiedad del vehículo).